Sonsonate, 6 de diciembre de 2021.
La Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, acompaña el caso de Juliana Prado (nombre ficticio para resguardar la seguridad de la víctima), salvadoreña de 31 años de edad, originaria del occidente del país, ella ha sufrido violación sexual en menor e incapaz, previsto y sancionado en el Art. 161 del Código Penal salvadoreño, por parte de Videl Antonio Méndez Salazar de cincuenta y siete años de edad, quien se desempeña como maestro en un Centro Escolar del municipio de Juyúa del partamento de Sonsonate, él cometió violencia sexual contra Juliana mientras fue su alumna; Mendéz, desde el uno de diciembre de 2021 fue privado de libertad.
Estas agresiones dieron inicio en el año 2002, cuando Juliana tenía 12 años de edad, la violencia sexual tiene modalidad de continuada, debido a que estas agresiones fueron cometidas constantemente durante varios años llegando hasta el 2008 cuando ella cumplió 18 años. Ella emigró a otro país, donde actualmente reside y se encuentra resguardada.
Este delito de violencia sexual ha provocado en Juliana una serie de consecuencias psicológicas que persisten, pese a los años transcurridos, daños que el Estado salvadoreño esta obligado a reparar.
Hay más alumnas/os víctimas de Videl Méndez, varias de las personas afectadas se han avocado a la Fiscalía General de la República a interponer la denuncia, lamentablemente debido a que estos hechos sucedieron cuando eran niñas y niños muchos de los casos ya prescribieron, solamente el de Juliana Prado se ha dado seguimiento.
Se espera que esta acción sea un elemento que permita a otras víctimas denunciar buscar reparación y justicia ante la alta violación a sus derechos humanos que han sufrido y vivido niñas y niños.
Por ello exigimos:
- Que Videl Antonio Méndez Salazar, sea procesado en la cárcel, al ser una alta amenaza para la sociedad.
- Pedimos una máxima condena por parte del sistema judicial para que envíe un mensaje social ejemplarizante, que la violencia contra niñas y niños no se tolere.
- Exigimos que las autoridades realicen un debido proceso, un trabajo diligente y responsable para que este caso no quede en la impunidad y se condenen a los agresores con las máximas condenas.
- Pedimos a la sociedad salvadoreña a reprochar este tipo de conductas y denunciar actos de violencia principalmente de maestros, de esta manera contribuir a que las niñas y niños convivan con tranquilidad y confianza en sus escuelas.