A medida que el clima se calienta, las inundaciones y las sequías son más frecuentes y surgen nuevas plagas. Los agricultores necesitan cultivos más resistentes para alimentar a una población cada vez mayor y recurren a los científicos para adaptar variedades más resilientes a partir de las ya existentes.
Durante décadas, los científicos agrícolas Cary Fowler y Geoffrey Hawtin han reconocido la importancia de las semillas para el futuro agrícola del mundo y han trabajado para preservarlas a través de bancos de germoplasma. En 2008, ayudaron a crear el Depósito Mundial de Semillas de Svalbard (en inglés) en la ladera de una montaña de Noruega.
El
depósito sirve de “red de seguridad” para los 1.700 bancos de germoplasma del mundo, para que una catástrofe natural o un conflicto civil no acabe con la agricultura de un país, explica Hawtin. El depósito alberga 1,3 millones de muestras de semillas de 6.000 especies vegetales de casi todos los países del mundo. En caso de corte del suministro eléctrico, se conservarían a temperaturas más bajas.
Hawtin, que es del Reino Unido, y Fowler, recibirán el Premio Mundial de la Alimentación 2024 por sus esfuerzos para preservar la biodiversidad de los cultivos. El galardón, que reconoce las contribuciones pioneras a la mejora del suministro mundial de alimentos, se entregará la semana del 29 al 31 de octubre en Des Moines (Iowa). Cada año, el premio se entrega coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación, el 16 de octubre, que promueve esfuerzos para que todo el mundo tenga acceso a alimentos nutritivos.
Fowler y Hawtin apoyan desde hace tiempo los esfuerzos internacionales para preservar y aumentar el acceso a las semillas necesarias para adaptar cultivos más resilientes. Fowler, que ahora trabaja como enviado especial del Departamento de Estado de Estados Unidos para Asuntos de seguridad alimentaria mundial, afirmó que la adaptación requiere cultivos “con rasgos que estén bien posicionados para afrontar los desafíos de cualquier entorno o necesidad humana en particular. Y eso ocurre si se tiene una colección diversa”.
Las 150.000 muestras de trigo y arroz almacenadas en el depósito representan “todo lo que tales cultivos pueden ser en el futuro”, añadió.
Sin embargo, hay que hacer más para alimentar a una población mundial que se espera que alcance los 10.000 millones para 2050. En todo el mundo, 700 millones de personas carecen de alimentos suficientes. Y en África, el aumento de las temperaturas, las graves inundaciones y la sequía ejercen una presión cada vez mayor sobre los rendimientos de los agricultores.
En febrero de 2023, bajo el liderazgo del enviado especial, Estados Unidos, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Unión Africana, lanzó la Visión para cosechas y tierras adaptadas (VACS) para mejorar la seguridad alimentaria en África.
VACS pretende construir un sistema alimentario resiliente basado en cultivos diversos, nutritivos y adaptados al clima cultivados en suelos sanos y fértiles. VACS está movilizando a gobiernos, organizaciones no gubernamentales, investigadores y al sector privado para dar prioridad a la nutrición en los sistemas alimentarios, centrándose en prácticas sostenibles de gestión de la tierra y cultivos resistentes al clima que muestren amplias oportunidades para soportar condiciones meteorológicas extremas.
Fowler señaló que muchos de los cultivos que VACS ha identificado han sido cultivados históricamente por mujeres. “Es importante empoderar a las mujeres”, dijo Fowler. “Una de las formas de hacerlo en las sociedades rurales es potenciando las cosechas que cultivan”.
El Departamento de Estado colabora con socios de todo el mundo para extender VACS más allá de África. En agosto, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y la comunidad del Pacífico lanzaron iniciativas para fortalecer la agricultura en los países insulares del Pacífico (en inglés).
Y en septiembre Estados Unidos anunció 5 millones de dólares para avanzar en los esfuerzos de seguridad alimentaria de VACS en Guatemala, con lo que la financiación total de Estados Unidos para VACS supera los 150 millones de dólares.
“Una pequeña cantidad de apoyo científico y técnico para estos cultivos podría tener una recompensa realmente grande en términos de rendimiento”, dijo Fowler.