JUNTO CON SEÑORA SANTA ANA Y SEÑOR SAN JOAQUIN SOMOS EN ESTE JUBILEO «PEREGRINOS DE LA ESPERANZA».
El Jubileo de la Esperanza es un tiempo de gracia, misericordia y perdón que la iglesia propicia para todo aquel que desee acercarse a la fuente inagotable de salvación que es Jesucristo Resucitado, que contemplado en el Misterio Pascual está sentado a la derecha del Padre abogando por todos nosotros.
Este Año Santo de la Esperanza nos alienta a todo el pueblo cristiano a caminar en una Iglesia Sinodal, una Iglesia que permita acercase a todos y llegar a todos.
Los bautizados somos llamados a ser «Peregrinos de la Esperanza» y como no imitar las virtudes de los santos patronos Santa Ana y San Joaquín que con su peregrinar en la tierra fueron modelos insignes de oración, perseverancia, amor al prójimo y sobre todo instrumentos de la gracia.
Estos grandes santos, padres de la Virgen María, fueron testimonio de una fe inquebrantable, de una esperanza firme, esa esperanza que no defrauda y se fundamenta en todo lo que esperamos de Dios «Santísima Trinidad».
Que el espíritu del Jubileo en estas Fiestas Patronales nos mueva a dar gloria a Dios mediante los actos de piedad y ser testimonio de la fe en Jesucristo que no defrauda, porque Él es nuestra Esperanza.