Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 10 de noviembre de 2021.
La “Ranfla Nacional” de la MS 13, compuesta por sus líderes máximos hoy en prisión y reclamados por Estados Unidos, por terrorismo. Son un Grupo de “extraditables”, que utilizan el aparato del Estado, para evitar su deportación, lo cual induce a la pregunta ¿Por qué El Salvador se niega a extraditarlos?
El artículo intitulado “¿Pacto entre MS13 y gobierno de El Salvador detuvo temporalmente las extradiciones a Estados Unidos?”, publicado por InSight Crime el 1 de julio de 2021, responsabilizado por Steven Dudley y Carlos García, da algunas respuestas. Es de notar que la entidad que publica este artículo, tiene como objetivo el estudio del crimen en Latinoamérica, mediante el periodismo investigativo y la cooperación académica, por lo que sus exposiciones, buscan la rigurosidad científica, y ya tienen varios artículos, sobre este tema.
En síntesis, se plantea a la mara como una realidad política: el pacto de la MS 13, con el Gobierno y que su naturaleza trascienda de mera acción criminal, a una organización social, que utiliza la violencia, como su forma normal de proceder, sin llegar a considerársela organización terrorista, similar a Hezbolá o Al Qaeda. El estudio “La Norma a la Luz de la Fisiología Humana”, de mi autoría, llega a conclusiones similares.
Sin embargo, sus actos hoy, en El Salvador, son políticos, desde el momento en que tiene la capacidad de obligar a la Fiscalía y a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia a resolver en su favor, por el poder que ejerce como organización social, sobre el sistema político.
Otro factor a considerar, es que en sus territorios, ya se “imparte justicia”, como ya lo ha expresado el analista Jorge Villacorta, lo que indica, ausencia de autoridad del Estado, lo que solo ha sido posible, por abandono de la influencia ejercida por el Gobierno, por exclusión, ante la estructura social de la mara o, porque la de ésta, es superior a la ejercida por el Estado o, por la existencia de un pacto Gobierno-mara, lo que presenta una nueva realidad política, que se le impone a la población.
En entrevistas de funcionarios, refiriéndose a la desaparición de dos hermanos, se reconoció el control que ejercen las pandillas, sobre la población, afirmando esta nueva realidad política, que el Gobierno pretende ocultar mediante distractores.
El beneficio a las maras, que da el Gobierno, es por medio de los múltiples programas sociales destinados a sus territorios y, por los beneficios concedidos en las prisiones. Una tibia represión policial, aunado a una acción ineficaz de la Fuerza Armada, permiten dar la apariencia de un combate a las maras, pero ineficaz, sufriendo sus consecuencias los estamentos de menor rango de la PNC y soldados.
Una extradición de los cabecillas de las pandillas, pudiera enviar el mensaje de ruptura del pacto Gobierno-mara y generar una nueva lucha de poder entre las pandillas, lo cual dejaría en evidencia el pacto, o la zonificación de la mara.
La razón del pacto Gobierno-mara, ha sido la influencia política para las elecciones: garantiza, no sólo el voto, sino la obstaculización del contrario en el terreno y, los beneficios gubernamentales que se pueden ganar, para las comunidades controladas por la mara. Esto también cobra sentido al relacionarlo, con la desaparición del ISDEM y el FISDL, la disminución del FODES, para que una nueva institución, controle los proyectos municipales, así estos podrán ser otorgados, según lo que convenga políticamente, a la exigencia de la mara, ocupando las alcaldías como cubierta.
El pacto Gobierno-mara, nos aleja cada vez más, de los países democráticos y el salvadoreño es ganado que alimenta al Gobierno y a la mara.