RESUMEN
Por Licenciado Fidel Eguizabal
La crisis contemporánea de la educación es un fenómeno del que se habla hace algunas décadas. Desde la segunda mitad del siglo XX ha habido etapas en que se visualiza en mayor medida este fenómeno. Se cuestiona sobre todo al sistema educativo formal relacionado a la educación pública en cuanto a actualización de programas de estudio que deben estar más cercanos a los nuevos descubrimientos, a la producción de conocimiento y a las metodologías de enseñanza, pretendiendo eliminar la tradición educativa en sustitución de metodologías más activas donde sea el estudiante el artífice de su aprendizaje. La crisis actual en la educación tiene un origen multifactorial y debe ser tomada no como una situación de desestabilización y mal funcionamiento del sistema; más bien, debe verse como una oportunidad que puede permitir mejorar el sistema educativo de un Estado.
Palabras clave: crisis educativa, paradigma, teoría pedagógica, valores
THE CONTEMPORARY CRISIS OF EDUCATION
ABSTRACT
The contemporary crisis of education is a phenomenon that has been talked about for some decades. Since the second half of the 20th century, there have been stages in which this phenomenon is displayed to a greater extent. The formal educational system related to public education is questioned, particularly regarding the updating of curricula, which should be more aligned with new discoveries, knowledge production and teaching methodologies with the aim to replace traditional educational practices with more active methodologies where the students are the architects of their own learning. The current crisis in education has a multifactorial origin and should not be viewed as a situation of destabilization and malfunction of the system; rather, it should be seen as an opportunity that can allow for the improvement of a state’s educational system.
Keywords: educational crisis, paradigm, pedagogical theory, values
INTRODUCCIÓN
Una crisis es el “momento en el cual lo viejo está agonizando o muerto y lo nuevo aún no ha terminado de nacer” (Rigal, 2004, pág. 16). Esta mencionada crisis parece ser una agonía permanente, ya que nunca acaba de morir y nunca acaba de nacer lo nuevo. Dicho de otra manera, durante las últimas décadas se ha resaltado la crisis educativa en varias regiones del mundo, más concretamente en América Latina; se han elaborado caminos que nunca terminan de cuajar o no se adaptan a los nuevos tiempos, o simplemente no han dado los resultados esperados. De ahí se desprende la percepción de la población y de los intelectuales que ponen el dedo en la llaga.
Una crisis no debe tomarse como un periodo de tensión, de incertidumbre o de temor ante el desmoronamiento de un sistema anterior. Debe abordarse desde la perspectiva de Hannah Arendt (2018), como una oportunidad para cuestionar lo viejo y promover el surgimiento de nuevos esquemas que dan la oportunidad de experimentar, inventar y reinventar. Esto puede favorecer a la sociedad conforme haya una visión de futuro y una inversión de recursos que permita solventar la crisis con respuestas más claras que beneficien al sistema educativo.
Las crisis cambian el sistema educativo
La crisis de la educación proviene del cuestionamiento de la modernidad e ingreso a una etapa posmoderna. Después de la Segunda Guerra Mundial, “la Modernidad entra en crisis dejando sin contenido las utopías colectivas que la orientaban” (Carmona Granero, 2007, pág. 136). Se da un cambio de paradigma en el pensamiento humano y se presenta el cuestionamiento de los grandes relatos de la modernidad, como el progreso, la religión, entre otros. Es así como los valores posmodernos entran en juego en las sociedades del mundo transformando el pensamiento de la colectividad. Este periodo de transición no ha permitido cuajar modelos educativos concretos, pues estos se van moviendo en la medida que el pensamiento humano se mueve.
La pérdida de los valores modernos sustituidos por los posmodernos nos presenta una sociedad distinta y permite experimentar a tal grado que aparecen nuevas teorías pedagógicas que no siempre han fructificado al quererlas implementar de igual manera en los distintos países. Esto porque las realidades son distintas. Es así como, por ejemplo, una visión por competencias podrá ser efectiva en Europa y no necesariamente aplicable en El Salvador, pues las realidades europeas distan mucho de la salvadoreña. Se continúa teniendo la percepción de crisis en la educación porque los resultados en el aprendizaje de los estudiantes no es el esperado.
Dentro de estos valores humanos, éticos y filosóficos introducidos por la posmodernidad, también hay una recomposición de la economía mundial y surgen nuevos modelos. Para el caso, el Estado benefactor que predominó durante la primera mitad del siglo XX es cuestionado y desmantelado. Desde los años ochenta aparece el sistema neoliberal aparejado del fenómeno de la globalización. Este nuevo panorama económico ha tenido un estira y encoge respecto a la educación. Los intentos por privatizar los servicios educativos e implementar una visión mercantilista de la educación ha traído controversias sociales que incrementan aún más la crisis, a tal grado de desacreditar a los sistemas públicos como forma de justificación para privatizar estos servicios. “Aunque EDUCO apareció oficialmente en la política educativa a mediados de los años noventa en el Plan Decenal de Educación (PDE), ya hacía presencia desde varios años antes en el radar de las reformas educativas para el país…” (Edwards Jr. Et al., 2014, p. 9).
A los docentes se les trata como operarios de un sistema, con el efecto de la pérdida de autoridad y credibilidad. Se cuestiona la formación docente y su desempeño en el aula, se les describe como entes carentes de competencias necesarias para liderar una educación en el sistema público, y se buscan competencias encaminadas a la reproducción de conocimientos en un sistema privado, con docentes dóciles y obedientes que transmitan estos valores al estudiante.
Para enfrentar esta situación de descrédito que el sistema neoliberal genera hacia los docentes, se hace necesario fomentar una formación pedagógica crítica que desde la universidad propicie bases sólidas para el desempeño docente del siglo XXI, que dé vida a condiciones óptimas para el desarrollo educativo desde los sistemas públicos y que se enfrente a la desvalorización de su papel impulsado por el neoliberalismo.
La percepción de la sociedad visualiza una crisis en la educación y los académicos también se enfocan en esa problemática social, pero casi nunca se concreta de forma directa en qué está fallando el sistema. Por lo general, las críticas parten de los resultados no tan positivos de pruebas objetivas que se implementan en el sistema privado y público. Estas pruebas diseñadas desde lo abstracto se aplican a la generalidad de estudiantes, sin tomar en cuenta la realidad de cada sector o región. No hay cuestionamientos concretos sobre metodologías, planes de estudio, enfoques pedagógicos, etc.
El Salvador se ha caracterizado por copiar modelos extranjeros e implementarlos en su sistema. Estos enfoques traídos no siempre dan los resultados esperados, sumando a la problemática de que cada gobierno hace cambios de acuerdo con su ideología. De esa forma, el sistema educativo salvadoreño siempre permanece en crisis, puesto que se genera inestabilidad e incertidumbre.
Hay una ausencia de instituciones especializadas que formen a los docentes fomentando su vocación. Desde que se fundaron las escuelas normales en El Salvador hubo un gremio de docentes especializados para ese rubro; sin embargo, en 1980 se clausura la Ciudad Normal Alberto Masferrer. Actualmente, el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT), a través del Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD), capacita a docentes en diferentes áreas, pero no es suficiente para tener a los docentes listos para un mundo globalizado. Las universidades son las instituciones que tiene la brújula para formar docentes, pero según la prueba que les realizaron a los docentes para asignar plazas, se evidenció que muchos no eran aptos para agenciarse un cargo en el año 2021. Gracias a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile se realizó la implementación de los procesos de formación ciudadana entre especialistas docentes salvadoreños, lo que se convertiría en INFOD. “El proceso general del Diplomado permitió consolidar en el Infod a una cohorte de especialistas en este ámbito, que ya están actuando como bases para la formación de formadores/as en el sistema educativo que atiende el Infod” (Ramis A. y Peña, 2019, p. 26).
El sistema educativo no forma al estudiante para producir conocimiento, sino para reproducir lo que viene del centro, manteniéndonos como una periferia que solo recibe. La escuela debe ser un templo, un lugar en donde el estudiante llegue a aprender y a razonar. Debe poder cambiar su comunidad, su municipio y por ende al país. Los sistemas educativos tradicionales aún persisten como práctica pedagógica cotidiana.
La educación neoliberal continúa en los países subdesarrollados y los estudiantes llegan por dos razones fundamentales a la escuela. Por refugio (comida) y para liberarse de la familia. La escuela los recibe; sin embargo, aprenden lo que el sistema educativo tiene. La poca inversión en educación y la cultura del estudiantado de estudiar solamente hasta cierto grado es una realidad. El estudiantado sigue asistiendo a sentarse al salón de clases a escuchar a los docentes. Para que haya un cambio, los docentes deben enseñarles que es un talento humano, que es un ente que debe reflexionar, pensar y cambiar al mundo. No solo se trata de enseñar las materias básicas, se trata de enseñar a analizar para qué les servirán esos conocimientos. Son pocos los docentes que están comprometidos a enseñar como lo manda la pedagogía.
La educación tradicionalmente ha sido elitista y aún en la actualidad el acceso a la educación superior es limitado. Desde que se fundó la única universidad pública en El Salvador en 1841, esta fue un centro de estudios elitista en el que solo las personas con poder adquisitivo podían costearse el acceso, sobre todo si provenían del interior del país; empero, poco a poco muchos jóvenes han ido inscribiéndose en las universidades privadas gracias a su esfuerzo y en buena parte gracias a las remesas que reciben de sus familiares que residen fuera del país.
El deseo de la juventud es migrar, razón por la que su aspiración no es completar sus estudios de educación media, mucho menos la superior. Las estadísticas muestran el poco interés de parte de la juventud en terminar los estudios y la deserción escolar empieza desde la educación media. Muchos jóvenes tienen la idea de migrar para tener mejores oportunidades de vida. Según Picardo (2022), “sería importante que también el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología pudiera orientar curricularmente los programas de estudio de tercer ciclo y educación media hacia la habilitación laboral y certificación de capacidades y competencias; en efecto, muchas familias o jóvenes no tienen en sus planes ingresar o culminar una carrera universitaria”.
En El Salvador, y en el resto del llamado tercer mundo o periferia, hay una fuga de intelectuales; son formados en sus países, pero sus conocimientos no ayudan al desarrollo de su países, sino que migran y refuerzan a los países desarrollados donde encuentran mejores oportunidades. Las oportunidades para los jóvenes con respecto a becas, convenios entre la empresa privada, el MINEDUCYT y universidades siempre han existido. Los mejores estudiantes egresados del bachillerato con excelentes notas logran agenciarse becas para que estudien en el país o en el extranjero; sin embargo, cuando se gradúan, un porcentaje se queda en el país en donde estudió. A eso se le llama “fuga de cerebros». Bonilla-Morán (2021) manifiesta con respecto a la fuga de cerebros en El Salvador:
“En otro orden, cabe mencionar que una de las principales razones por las que existe una fuga de cerebros de trabajadores calificados es porque en su país de origen no encontraron las condiciones o trabajo esperados para desarrollarse profesionalmente, por ejemplo, bajos salarios. Un profesional con estudios superiores aceptará una oferta de un puesto muy bien remunerado con beneficios de seguridad u otros así sean del exterior (normalmente este tipo de ofertas provienen de un país desarrollado)”. (p.
41)
Es oportuno crear condiciones para que los becarios decidan poner sus conocimientos al servicio del país y así no opten por la alternativa de emigrar. Para que la crisis de El Salvador se logre estabilizar, se necesita que el gobierno central desarrolle oportunidades laborales para todos los graduados, en especial de las universidades, se debe apostar al talento humano.
En la crisis de la educación también debe observarse la calidad educativa que sirve el sistema público. El sistema educativo público en El Salvador siempre ha adolecido de una calidad pertinente. Esto radica en el paupérrimo presupuesto que brinda el Gobierno central al MINEDUCYT. Son más de 5,000 escuelas en donde aproximadamente más de un millón de estudiantes del sistema público no reciben, según el currículo, toda la planificación de clases anualmente. A esto se le suma el gremio de docentes, muchos de los cuales no tienen las competencias y conocimientos idóneos para brindar el proceso enseñanza-aprendizaje. Por lo tanto, debe de haber supervisiones en todas las escuelas, capacitaciones y revisar qué y cómo están aprendiendo los estudiantes. En el estudio ¿Qué es una buena escuela? Presentan una propuesta de índice de calidad escolar. Evalúan el desempeño docente, la infraestructura escolar y el proceso de enseñanza-aprendizaje. Rovira (2016) “Aunque hay tensiones latentes entre los diversos objetivos de una buena educación o lo que se denomina una educación de calidad, en la práctica la escuela como institución debe llenar la mayoría de estas demandas” (Rovira, 2016, p. 17).
Cada docente debe tener los conocimientos en cada asignatura que imparte; además, es muy difícil que el sistema educativo funcione de manera adecuada con “escuelas multigrados”. ¿Pueden los estudiantes aprender de manera óptima con un profesor que imparta clases a diferentes grados en una misma aula?
Pero para que suceda lo anterior, lo primero que tiene que cambiar es el modelo obsoleto de administración educativa que tenemos, la rigidez curricular y la falta de meritocracia; necesitamos a los mejores maestros en las escuelas y en las universidades; y evitar que las aulas sean un refugio de desempleados. Necesitamos también un currículo abierto, flexible, que permita ir a la velocidad de los cambios tecnológicos y que además posibilite que cada estudiante encuentre su vocación (Picardo, 2022).
La brecha digital también es un factor que interviene en la crisis. El acceso restringido a la tecnología no facilita el acceso a innovaciones educativas. Recientemente, con en los dos primeros años de la pandemia, la brecha digital en los estudiantes salvadoreños vino a desvelarse, puesto que la crisis de no contar con equipo idóneo informático y acceso a internet arreció la crisis en el estudiantado.
La pérdida del interés por formarse, el analfabetismo y la baja escolaridad son factores que intervienen en el surgimiento de una crisis en la educación; también lo son los niños que trabajan desde temprana edad y el poco apoyo de los padres. Los estudiantes pueden tener sueños, pero se ven truncados de parte de los padres de familia. Según Rovira (2016):
“Estas respuestas denuncian que, en El Salvador, las condiciones en que algunos niños y niñas viven son tales, que dejar la escuela es casi un destino fatal. Un hábitat empobrecido, sin espacios para el estudio, sin libros, sin tiempo ni recursos para el ocio creador, boicotea las posibilidades de terminar la escuela, pues obliga al trabajo precoz o al inicio de una familia prematuramente, al margen de lo que esta provea”. (p. 33)
La crisis educativa salvadoreña sigue acrecentándose con la deserción escolar, la migración y la falta de motivación de los jóvenes por continuar sus estudios y llegar hasta la universidad. En sí, debe haber una rebelión en las aulas, los maestros deben educar a los alumnos, enseñarles que la educación es el pasaporte al futuro. Para priorizar la educación, que trae ingresos económicos frente a un mejor ciudadano educado, se formula lo siguiente: ¿Puede un país como El Salvador salir adelante solo con un adecuado número de graduados universitarios o con conocimientos superiores? Si un país invierte más en investigación y desarrollo (I+D) logrará tener mejores científicos, investigaciones y, por ende, un mejor país educado. La poca oferta académica de posgrados y la falta de recursos económicos para el acceso a estos programas son factores que intervienen en la percepción de la crisis en la educación.
El estudiantado necesita y debe saber las bases fundamentales para desarrollarse en un mundo globalizado; empero, no debe olvidar que necesitan aprender a ser humanos, que la educación cambiará su vida. La crisis de la educación no solo está en la escuela, está también en cada estudiante, los cuales no aprovechan los recursos tecnológicos para aprender. En ese sentido, deben ser autodidactas para poder aprender más. Si el sistema educativo salvadoreño no tiene la suficiente calidad, se debe realizar una reingeniería. Según López, F. (2022) “Si examinamos la situación de la enseñanza en la actualidad, podemos ver que se han realizado reformas educativas. Se considera que el nivel educativo tiene una gran influencia sobre el desarrollo económico y social de un país y muchos estudios muestran cómo el aumento de la escolaridad repercute directamente sobre la renta per cápita”. Mientras la educación no sea la prioridad, no se tendrá desarrollo, no solo económico, sino social y cultural.
CONCLUSIÓN
El mundo cambia vertiginosamente y en el rubro educativo se evidencia que siempre los privilegiados o los que estudian en colegios privados llevan la delantera. Para poder cambiar el “pensamiento educativo” debe haber un compromiso de parte del MINEDUCYT y debe haber un compromiso de parte de cada docente. En cada docente debe depositarse la confianza que en cada aula hay un grupo de estudiantes, no un grupo de personas a las que hay que enseñar por enseñar. El estudiante debe aprender a ser crítico.
Es recomendable que las universidades formen a ciudadanos con capacidad crítica, que enfrenten los problemas que cambian vertiginosamente: migraciones, guerras, problemas económicos, etc. La globalización y el mismo neoliberalismo le ha inyectado a las IES un pensamiento pasivo. Según Carmona (2007):
Se trata de crear condiciones teóricas, epistemológicas y prácticas para una formación humana integral de individuos solidarios y comprometidos con su entorno social; para ello se necesitan nuevos modelos cognitivos y de valoración que orienten las acciones y prácticas individuales y colectivas, dirigidas a una práctica esencialmente humana.
Los paradigmas cambian en la educación, los contextos son diferentes en cada país y las currículas educativas en El Salvador se aplican dependiendo del entorno económico que presenta el MINEDUCYT.
REFERENCIAS
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Tomado de la Revista Ciencia, Cultura y Sociedad, de la Universidad Evangelica, publicado el 06 de Noviembre 2024