Una ley estadounidense reduce la ansiedad para algunos votantes e impulsa una mayor participación.
Los ciudadanos estadounidenses que acudirán a las urnas en noviembre lo harán para votar o para ejercer el “bumoto”. Y de acuerdo a Whitney Quesenbery, del Center for Civic Design (centro para el diseño cívico), las boletas electorales multilingües que los votantes utilizan reducen la ansiedad de los votantes que de otra manera podrían preocuparse por la posibilidad de hacer la elección equivocada.
El resultado es la mayor participación de votantes.
Las inscripciones del censo muestran que 68 millones de personas en Estados Unidos hablan un idioma diferente al inglés en su domicilio. Muchos son votantes inscritos que se benefician de una enmienda a la Ley de derecho al voto de 1965 que requiere que las boletas en Estados Unidos estén traducidas a varios idiomas.
Cada cinco años el Departamento de Justicia de Estados Unidos verifica los datos del más reciente censo disponible (en inglés) y determina qué idiomas serán requeridos en las boletas y dónde deben estar disponibles dichas boletas electorales. Las zonas que ofrecen boletas multilingües se determinan por las regiones que tienen un elevado porcentaje de personas que hablan un idioma en particular y otros factores, como las tasas de alfabetización y nivel de conocimiento del inglés.
Tarjeta que dice «I Voted!» (Yo voté) en siete idiomas (© Charles Rex Arbogast/AP)
Una tarjeta que dice “I Voted!” (Yo voté) en siete idiomas. Las tarjetas fueron entregadas a votantes de Chicago después de haber depositado sus votos el 8 de noviembre de 2022. (© Charles Rex Arbogast/AP)
Alrededor de 263 condados, ciudades u otras jurisdicciones con votantes de Estados Unidos están obligados a ofrecer boletas electorales en otros idiomas diferentes al inglés, según Marybeth Gasman, historiadora en la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey. “La Ley de derecho al voto lo señala claramente: somos un país con una inmensa diversidad y esta es una ventaja”, dice, y agrega que las boletas multilingües significa que hay “más personas que votan”.
Los idiomas incluidos en recientes boletas son el español, el tagalo, chino, hmong, vietnamita, coreano y una variedad de idiomas indígenas de América del Norte utilizados en Estados Unidos.
En general las boletas incluyen opciones para más de un cargo, desde la presidencia a representantes legislativos en cargos estatales o locales. También puede que contengan preguntas para los votantes sobre complicadas iniciativas sometidas a votación, afirma Quesenbery, cuyo centro sin fines de lucro, pretende mejorar la democracia por medio de estas mejoras en el diseño. “Hay una gran diferencia entre las comunicaciones diarias y entender las boletas electorales”, explica.
Quesenbery destaca que Estados Unidos ofrece traducciones en idiomas diferentes al inglés en los tribunales, centros de atención sanitaria y oficinas para la administración de vehículos de motor. La urna electoral, es “el lugar donde el pueblo toma las grandes decisiones, donde comprender es crítico”, dice. “Si sabemos que hay barreras idiomáticas que alejan a la gente de la plena participación en la vida cívica, ¿por qué no extender esa ayuda en el componente más importante de la democracia?”, agrega.
A medida que los reglamentos de las votaciones y los patrones cambian, el proceso para la boleta multilingüe también debe cambiar. Algunas jurisdicciones ofrecen boletas incluso en más idiomas de los que la norma federal requiere. Muchos estados han aprobado leyes que permiten la emisión del voto por correo o en centros para la votación anticipada. Algunos estados, señala Quesenbery, pueden imprimir boletas en otros idiomas para votantes en el momento u ofrecer a los votantes el uso de computadoras que les permitan marcar la boleta en otro idioma e imprimirla tanto en inglés como con ese idioma.
“El voto es una característica básica de la democracia en Estados Unidos. Cuando todos participan la democracia es más fuerte”, expresa Quesenbery.