250 años del Ejército de EE. UU.: Una fuerza centrada en los ciudadanos - Periódico EL Pais

250 años del Ejército de EE. UU.: Una fuerza centrada en los ciudadanos

250 años del Ejército de EE. UU.: Una fuerza centrada en los ciudadanos

Las historias de los soldados son testimonio de sus múltiples fortalezas

El 14 de junio de 1775, el Congreso Continental formó el primer Ejército y puso en marcha una tradición de una fuerza centrada en los ciudadanos civiles que defendía lo que se convertiría en los Estados Unidos de América.

Este incipiente Ejército estaba compuesto por milicias de Nueva Inglaterra y la zona central atlántica. Sus éxitos hicieron que los colonos apreciaran a estos combatientes aguerridos que aportaban sus habilidades civiles al campo de batalla y cuya dedicación estaba más centrada en su causa y en sus vecinos que en su propio engrandecimiento.

Por eso, al día siguiente, el 15 de junio de 1775, el Congreso nombró a George Washington, un líder de la milicia de Virginia, primer comandante del nuevo Ejército. La experiencia de Washington como topógrafo de tierras públicas le proporcionó conocimientos sobre el terreno de las zonas rurales y útiles habilidades para la elaboración de mapas. Además, al aceptar el papel de liderazgo, Washington lo hizo en nombre de la “gloriosa causa” del pueblo estadounidense.

Hoy en día, el Ejército de Estados Unidos es la institución nacional más antigua del país (en inglés) y, para conmemorar su aniversario, ShareAmerica ofrece algunas historias de soldados recopiladas de historiales militares y noticias, soldados cuyas habilidades como civiles y cuyos fuertes vínculos con sus conciudadanos continuaron las tradiciones comenzadas en 1775.

Estudiosos y valientes

Joshua L. Chamberlain aprendió sobre la guerra en los libros, como correspondía a un profesor universitario antes de que comenzara la Guerra Civil de Estados Unidos.

Aprendió bien. En 1863, en la batalla de Gettysburg, Chamberlain lideró una carga con bayonetas que mantuvo las líneas de la Unión y ayudó a detener el avance del Ejército Confederado hacia el norte.

Dos años más tarde, en Appomattox, una localidad de Virginia, Chamberlain ofrecería diplomacia al Ejército Confederado que se rendía. Ya para entonces general, Chamberlain ordenó a sus soldados de la Unión que saludaran a sus homólogos derrotados, un gesto perdurable de reconciliación para un país en recuperación. Tras la guerra, Chamberlain fue gobernador de Maine y, para cerrar el círculo, regresó al Colegio Universitario Bowdoin para ser su presidente.

Hombre de familia y diestro tirador

El sargento Alvin York era el típico hombre de familia de su pequeña comunidad de Tennessee. Creció trabajando en la agricultura, cazando y pescando para ayudar a mantener a su familia.

York luchó durante la Primera Guerra Mundial y, el 8 de octubre de 1918, cargó contra un nido de ametralladoras enemigas, derrotando a unos 160 soldados alemanes. Después de la guerra, como muchos soldados, York regresó a su hogar. Se convirtió en un nuevo tipo de líder en las estribaciones de Tennessee, ejerciendo presión sobre los políticos para que construyeran carreteras que conectaran las comunidades rurales y para mejorar las escuelas. Su nombre está perpetuado en el Instituto Agrícola York, fundado como una escuela privada para formar a jóvenes agricultores y que ahora es una escuela secundaria pública.

De la agricultura a la fama

El comandante Richard Winters (en inglés) creció en Lancaster (Pensilvania), donde también aprendió habilidades agrícolas. En el ejército, Winters se convirtió en paracaidista y, el “Día D”, el 6 de junio de 1944, aterrizó en Francia solo para descubrir que su comandante había sido muerto.

Entonces quedó a cargo de la compañía, a la que lideró en un ataque que destruyó obuses alemanes y capturó mapas que revelaban ubicaciones enemigas. La heroicidad de Winters, inmortalizada en la popular serie de televisión por cable estadounidense “Band of Brothers” (banda de hermanos) protegió el desembarco de las fuerzas aliadas en la playa. No es exagerado decir que sus acciones contribuyeron a la liberación de Europa de la ocupación nazi.

Winters regresó a su hogar para retomar su vida, viviendo tranquilamente y, finalmente, abrió un negocio de venta de piensos para granjeros.

No se rindió

Roy Benavidez quedó huérfano a una edad temprana, tuvo que abandonar la escuela cuando era adolescente y empezar a trabajar en el campo. Pero tras alistarse en la Guardia Nacional de Texas y ser enviado a Vietnam, el sargento mayor Benavidez demostró un espíritu persistente.

El 2 de mayo de 1968, Benavidez se enteró de que varios soldados, entre ellos uno que le había salvado la vida anteriormente, estaban atrapados bajo un intenso fuego enemigo. Tras ser trasladado en helicóptero al campo de batalla, Benavidez resistió al enemigo durante seis horas hasta que llegó la ayuda. Cuando lo subieron al helicóptero, Benavidez había recibido múltiples disparos y se le daba por muerto. (Solo pudo escupir para llamar la atención de un médico y evitar que lo metieran en una bolsa para cadáveres).

“¿Dónde encontramos a hombres así?”

~Presidente Ronald Reagan, en 1981, al otorgar a Benavidez la Medalla de Honor

Benavidez había salvado al menos a ocho compañeros soldados. Tras retirarse del Ejército, se dedicó a orientar a jóvenes y a fomentar el servicio militar. “Estemos donde estemos, de civil o de uniforme, trabajamos juntos. Nunca nos fallamos unos a otros”, afirmaba. “Todos somos estadounidenses”.

Héroes civiles

Al igual que las experiencias civiles afectan las acciones militares de los soldados, las experiencias en el campo de batalla pueden influir en la vida civil posterior. El veterano del Ejército Rick Rescorla había perfeccionado sus habilidades de liderazgo durante la guerra de Vietnam, donde su valor le hizo ganarse el apodo de “Hard Core” (el duro) entre sus compañeros soldados. Después del atentado contra el Centro Mundial del Comercio (World Trade Center) en 1993, Rescorla, que por entonces trabajaba como agente de seguridad en una empresa financiera de Wall Street, temía otro ataque. Así que se preparó para cualquier contingencia.

El 11 de septiembre de 2001, cuando el Centro Mundial del Comercio (World Trade Center) fue atacado por terroristas, Rescorla pudo guiar a sus colegas a un lugar seguro siguiendo la ruta de evacuación que había ensayado bien. Salvó a 2687 personas (en inglés) antes de regresar a la Torre Sur, que se derrumbó a su alrededor.

Rescorla murió como un héroe; al igual que otros veteranos del Ejército, había vivido según la nueva directiva del manual de campo del Ejército, según la cual los soldados tienen obligaciones “entre ellos, para con los líderes civiles y para con sus conciudadanos”.