Ese “ay” incluido en el título también podría cambiarse por un “oh” de sorpresa, un “ah” de admiración ante lo increíble, un “uff” de desprecio, o una sonora carcajada; depende del humor con que se miren como se viven hoy…
Continuar LeyendoEse “ay” incluido en el título también podría cambiarse por un “oh” de sorpresa, un “ah” de admiración ante lo increíble, un “uff” de desprecio, o una sonora carcajada; depende del humor con que se miren como se viven hoy…
Continuar Leyendo