Señales - Periódico EL Pais

Señales

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓNACCION http://publicacionaccion.blogspot.com

San Salvador, 10 de febrero de 2020.

 Clara señal ha enviado el Presidente Bukele: primera y principal: “yo mando en El Salvador”, segundo, gobernaré por voluntad de Alá y, tercero, quien se oponga, será destituido o expulsado. El efecto de sus troles, parece que ha sido superior al que él esperaba: pensaba manipular a la masa y ésta, quiere ya ver, a los diputados fuera de la Asamblea y de toda estructura partidaria,

 El hecho y mandar que abriesen la Asamblea Legislativa sólo para él y, colmarla de policías y militares, fue demostración de su dominio político, por vía de las armas y que están bajo su control policía y Fuerza Armada, siendo efectivo el juramento exigido a su persona y no a la República, como correspondía.

 El Alto Mando, considera que está obedeciendo la Constitución, pero en la interpretación que hace de la misma, el Presidente Bukele, así que de esa manera, la interpretación de la Constitución, ya no recae sobre la Corte Suprema de Justicia y concentra, en su persona, el ejercicio de los tres poderes del Estado, pues sólo las estructuras gubernamentales que acaten sus designios, conservarán sus puestos: así el funcionamiento republicano no será efectivo: tendremos la estructura de una monarquía absoluta o, la de una dictadura.

 El rezar en la Asamblea Legislativa conforme al rito de un musulmán, pidiendo la inspiración de Dios, es propio del que se cree “ungido” por Dios (como un rey en la Europa medieval o un Emir en el mundo árabe), declarando así, su verdadera fe, la musulmana y, la creencia de su superioridad sobre los infieles (los cristianos).

 La tímida respuesta de los Estados Unidos y la Unión Europea, refleja la esperanza de que se mantendrá en su línea de política internacional, según sus expectativas, haciéndose de la vista gorda en cuanto a su política interna. Bukele la seguirá la línea internacional de USA y la UE, sólo mientras a él le convenga, pues ya ha establecido puentes con otros apoyos: en Medio Oriente, China, Rusia y Turquía.

 De hecho han sido anulados los partidos políticos mediante el sometimiento de la Asamblea Legislativa: sólo queda la oposición nacida de las organizaciones cívicas y, se les sumarán, poco a poco las gremiales, en la medida que les afecten las acciones de Bukele; surgirán entonces, nuevos liderazgos.

Los políticos tradicionales no están enfrentando a Bukele, pues hay un espíritu de negación; de lo contrario, sería necesario considerar que el sistema del cual ellos viven, ha desaparecido, no en favor de la sociedad, sino de la estructura que depende de un dictador.

 Nadie saldrá a defender a los políticos, aunque eso implique la defensa de la institucionalidad nacional, pues el trabajo de los troles contra los partidos, ha sido tan efectivo, que ha superado las expectativas. Hoy la sociedad desea, la destrucción de los partidos políticos y de la Asamblea Legislativa, como retaliación a los años de expoliación que han llevado a cabo, a costillas del pueblo salvadoreño y de la manipulación intrapartidaria.

 

La policía y la Fuerza Armada ahora apoyarán a Bukele hasta el final, pues su existencia está ya en juego: al mostrarse en favor de su Comandante y no, de la Constitución, han cambiado la doctrina que viene constante desde 1979 y, se han convertido en sostenedores de un dictador teocrático.

 

Pese a ese sentimiento generalizado, necesario es la preservación de las instituciones democráticas del país y que, nuestra Constitución mande. Debemos de limpiarla de los políticos corruptos e incapaces de luchar contra este nuevo mesiánico dictador. Es la labor de las instituciones cívicas y de todo salvadoreño que se considere republicano y demócrata. La Constitución y la soberanía no se defienden solas, el ciudadano las sostiene.

 


 

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