Periódico El País
Cientos de feligreses católicos del municipio de Chalchuapa y lugares vecinos acompañaron el
pasado Lunes Santo la procesión conocida como La Lavada de la Ropa del Señor. Estos oficios
religiosos tienen más de 200 años de realizarse en aquel municipio y aún se mantiene como una
de las tradiciones más arraigadas en la zona occidental.
La procesión partió de la Iglesia Santiago Apóstol, en el centro de la ciudad, y se dirigió hacia el río
El Trapiche en donde un grupo de mujeres se encargó de lavar las ropas que utilizó durante toda la
Semana Santa la imagen de Jesucristo. Según la tradición, esta procesión está conformada por dos
filas de 26 hombres usando un saco color azul oscuro.
Encabezando el recorrido va un grupo de músicos, entonando algunas piezas de música sacra.
Quienes forman parte de la procesión portan las bateas de madera conteniendo la ropa sucia del
Señor, los 4 huacales, la olla conteniendo el dulce de chilacayote y a Cristo crucificado.
Al llegar al río un grupo de mujeres recibe la ropa y las lava en el nacimiento de agua. “Esto
sirve para fomentar el espíritu de servicio, caridad y generosidad en los jóvenes con nuestros
hermanos”, manifestó el sacerdote chalchuapaneco César Hernández. Además recordó que, según
la historia, esta actividad nació en vista de la necesidad que había de lavar la ropa de la imagen y
la falta de agua potable en las viviendas. Esto obligó que el pueblo saliera en procesión hacia el
Trapiche.
Según la feligresía esta actividad se realiza con el objetivo de purificar el alma de cara a la
conmemoración de la Pasión y Muerte de Jesucristo. En esta actividad participan niños, jóvenes,
adultos y adultos mayores.
“Es muy hermoso participar en esto. La experiencia es muy bonita e inolvidable para mí, es
un gran privilegio”, manifestó una de las lavanderas de la ropa de Jesús, Edith Orellana, quien
participó de estos oficios por primera ocasión.
Luego de haberse realizado la procesión con la ropa y que ésta fuera lavada, la feligresía tiende
las túnicas al sol y esperan a que éstas se sequen para luego ser trasladadas nuevamente a
la parroquia. Esta ropa será la que la imagen utilizará durante todas las actividades litúrgicas
siguientes de la Semana Mayor.
Los feligreses se mostraron satisfechos de haber participado de esta procesión e iniciar de
esta forma un tiempo de reflexión espiritual. “Las vacaciones de Semana Santa tenemos que
aprovecharlas para participar de estas actividades, lo primero en estas fiestas es darle su lugar a
Dios”, manifestó una asistente, Claudia Hernández.
Conmemoran Domingo de Ramos en Santa Ana
René Morán
Periódico El País
Haciendo recordar el triunfal ingreso de Jesucristo a la ciudad de Jerusalén, montado en un burro,
miles de feligreses católicos en todo el mundo conmemoraron el día Domingo de Ramos, inicio
de las actividades religiosas de conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. El
Salvador no fue la excepción y todas las iglesias y parroquias se unieron a esta fecha.
Desde muy temprano por la mañana los fieles santanecos llegaron a las respectivas iglesias
para ser parte de la procesión que marca el inicio de la Semana Santa. “Nosotros todos los años
venimos a la procesión porque en nuestro corazón es una obligación dedicarle el tiempo a nuestro
Señor”, manifestó Sandra Martínez, quien llegó como asistente a la procesión de la iglesia San
Lorenzo de Santa Ana.
Fueron alrededor de 200 personas las que participaron en esta actividad, la cual inició a las 8:30
de la mañana del domingo en la colonia La Alameda, en la final Avenida Independencia Norte,
finalizando con una misa en la parroquia. Previo a la salida de la procesión, el párroco Jerónimo
Morales realizó la bendición de los ramos que portaban los feligreses, acompañando a la imagen
de Cristo.
«Los ramos son símbolo de triunfo, celebramos la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén»,
manifestó el sacerdote. Añadió que este tiempo se debe disfrutar y vivir en familia el misterio
pascual (pasión, muerte y resurrección). Instó además a las personas a que permitan a los niños
y niñas ser parte de estas actividades religiosas, pues con ello se estará fomentando los valores
espirituales y cristianos en ellos.
Según los relatos de los Evangelios, Cristo entró a la ciudad montado en un burro y
autoproclamándose como El Mesías, al verlo ingresar por la puerta principal, el pueblo lo recibió
con alfombras elaboradas con sus propios mantos y ramas de árboles, surgiendo de ahí la
conmemoración del Domingo de Ramos. “Eso es lo que nosotros estamos representando con esta
acción de este día, nuestro humilde recibimiento al Señor”, dijo Morales.
La procesión también fue acompañada por varias decenas de niños y niñas estudiantes del colegio
San Lorenzo, quienes portaron también sus ramos durante todo el recorrido de la procesión y
entonaron alabanzas de júbilo para anunciar la llegada de Cristo. “Me gusta venir a esta procesión,
después vamos a la misa. La Semana Santa es algo de amor”, dijo el niño Cristian Mendoza, del
sexto grado.
Suele suceder que la feligresía, luego de haber conmemorado esta fecha como el inicio de la
Semana Santa, guarda los ramos detrás de la puerta principal de la casa como símbolo de un grato
recibimiento de Dios en cada morada.