EPOCA NAVIDEÑA
Llega la Navidad y con ella vienen alegrías, luces, quema de pólvora, música y sobre todo mucha religiosidad. Se trata de la época más bonita del año, pues estamos por celebrar el nacimiento del Niño Jesús. Son días de regalos Posadas navideñas, fiestas, encuentros familiares, etc. Pero a la vez hay muchas nostalgias, recuerdos de navidades pasadas que dejaron huella en nuestras vidas. Vienen a la mente familiares y amigos que ya se nos adelantaron en el camino de la vida.-
Es así como en este momento de evocación quiero contarles que me encuentro de visita en casa de mi familia paterna en la Colonia Santa Lucía, me embarga alegría y a la vez tristeza; Ya no están mi padre, mi madre y una hermana, estoy seguro que están gozosos en el Cielo. También vienen a mí mente los amigos con quienes pasamos días felices de niñez y juventud. Cuántos lindos recuerdos de Navidades mágicas y encantadas.
Recuerdo cuando subiamos el cerro Santa Lucía a cortar la rama para el arbolito de nuestras casas, cuando el frío de aquellos diciembres nos obligaba a vestir con sweater o chumpas, cuando quemábamos pólvora que nos vendía la niña Chela Rodríguez de la tienda de la esquina, cuando esperábamos humildes regalos de nuestros padres. Era indescriptible la alegría que vivíamos al ver los nacimientos que hacían nuestras madres en la sala de casa. Recuerdo cuando al ver una Lucecita en el cerro, mis padres me decían que ya Santa Claus venía bajando hacia la Colonia.
Qué alegría cuando nos llevaban a ver vitrinas en el centro de aquella Santa Ana limpia y ordenada. Tantos recuerdos de tiempos felices que jamás volverán. Es en este momento, cuando me pregunto ¿que se hicieron mis amigos de la colonia?, dónde están los Lobato, los Vieytez, los Argumedo, los Cañas, Julio Aguirre, los Cienfuegos, los Meléndez, los Pacas, los Girón, mis primos los Benítez, Los Arévalo, los Burgos, los Müller, los Montalvo, los Alabi, Meme y Chobe Avendaño, Teto Morán, Magno Muñoz. Ya nadie está en la Colonia. Desgraciadamente, algunos ya murieron, otros viven en San Salvador o fuera del país. A todos ellos van mis palabras diciéndoles que se les extraña mucho. Que formaron parte de una época imborrable y bella, que la hermandad que nació hace muchos años fue para toda la vida.
Quiero contarles que la brisa que baja del cerro trae nostalgias, que los imagino a todos en las aceras o en las calles de la colonia jugando futbolito macho, bromeando, o quemando pólvora navideña. Quiero contarles que nuestra querida colonia siempre luce hermosa y siento que me dice: Hey Oscar quiero lucir siempre bonita y aseada como cuando eras niño. Siento que nuestro amigo el cerro Santa Lucía también con su brisa nos dice que no permitamos que le deforesten, que quiere seguir siempre verde para dar la frescura, como en el pasado.
Termino diciendo que hasta donde se encuentren les envío un fuerte abrazo de hermano, que siempre les recuerdo y ya sea en otros domicilios de Santa Ana, San Salvador o en el extranjero van mis mejores deseos por una Navidad feliz rodeados de sus queridas familias.
Por Dr. Oscar Montes Delgado