La cumbre del G20 concluyó, según la prensa, con algunos resultados concretos para la economía global. Mientras Angela Merkel se impuso, Obama tuvo que hacer concesiones, y todos se preguntan cómo seguirá actuando China.
Berlingske Tidende, de Copenhahgue: “Más allá de los resultados concretos, la cumbre del G20 anuncia grandes cambios en las estructuras globales. Los países ricos y los emergentes se reunieron en medio de la peor crisis financiera desde hace generaciones. Justamente ahora, hay algunos países que son lo suficientemente fuertes como para desafiar el orden mundial. La ‘guerra de divisas’ entre EE. UU. y China es otro ejemplo de la creciente externalización de la producción de EE. UU. y de otros países occidentales. Y no se puede negar que también se está produciendo un desplazamiento del peso político de las antiguas potencias económicas a las economías de los nuevos Estados ricos. (…) Concretamente, sólo queda esperar que no se produzcan guerras comerciales y de divisas.”
Washington perdió autoridad
Le Figaro, de París: “Washington cree que lo que es bueno para EE. UU. es bueno para el mundo. Estados Unidos le reprocha a países exportadores importantes, como China y Alemania, que se beneficien en demasía del apoyo coyuntural que EE. UU. pone a disposición, sin fomentar suficientemente el consumo interno. Esta crítica es, en parte, fundada, pero no se puede culpar a Alemania de mantener bajo el curso del euro. Estados Unidos no sólo irritó a Alemania y a China; también Brasil se expresó críticamente. El presidente Lula dijo que si los países ricos no fortalecen el consumo interno y sólo quieren exportar, están empujando al mundo a la incapacidad de pago, ya que nadie más querrá comprar, y todos sólo querrán vender. Los EE. UU. tienen al mundo en contra y Washington da la impresión de haber perdido su hasta ahora indiscutida autoridad.”
Alemania, un gigante equilibrado
La Stampa, de Turín: “¿Es hábil Angela Merkel? Seguramente que sí, y la suerte y las circunstancias hicieron el resto. Sin embargo, la canciller alemana tiene el poder, y lo sabe. Alemania es un gigante equilibrado que puso sus cuentas en orden y ya digirió su proceso de reunificación. En Alemania ya no se percibe una brecha entre el Oeste y el Este en lo que respecta a rentabilidad y eficiencia como la hubo hace 20 años. La administración alemana es una maquinaria bien aceitada, al igual que la diplomacia alemana –tal vez sin demasiada fantasía, pero diestra y pragmática- especialmente si se trata de negociar concesiones a nivel europeo detrás del escenario de la cumbre del G20. Esa es una prioridad de la que Alemania no quiere desistir, a pesar de que dañe el sagrado eurocentrismo de posguerra.”
China, el banquero de Europa y EE. UU.
L’Alsace, de Müllhausen: “China no sólo se transformó en la segunda economía mundial, proveedora de mercancías baratas a Occidente, sino que también es ahora el banquero de Europa y de EE. UU. Por eso, la devaluación oculta del dólar castiga doblemente a China, ya que pesa sobre sus exportaciones y hace desaparecer sus inversiones. En Seúl, Hu Jintao y Barack Obama se dieron un abrazo en público. Detrás de bambalinas, el contacto fue mucho menos cordial. Y, ante la pulseada de esos dos gigantes, Europa se divide, con Alemania en el equipo de los exportadores, y Francia en el de los importadores.”
Fuente Deutsche Welle-de
Editora: Emilia Rojas-Sasse