El matrimonio se convierte en una decisión llena de grandes responsabilidades para muchos, llegar a esta medida requiere de grandes esfuerzos para aquellos que se encuentran cumpliendo una condena por diversos delitos cometidos; sin embargo esto no se convierte en un impedimento para que los privados de libertad, puedan unir sus vidas en matrimonio.
Esta vez, en el centro penal de Apanteos en Santa Ana, se celebró la boda civil y religiosa de diez parejas. Los 10 reos en fases de confianza, tuvieron la oportunidad de celebrar su boda a pesar de estar en un recinto.
La iniciativa nace para cumplir el artículo 9, inciso 9 de la Ley Penitenciaria que establece mantener sus relaciones de Familia, a través del programa de fortalecimiento de las relaciones familiares de la Dirección General de Centros Penales, la cual promueve la integración familiar.
Además de las ceremonias matrimoniales, tres personas decidieron bautizarse previo a la boda, para cumplir con los requisitos de la iglesia católica.
La comunidad Salvador del Mundo de la ciudad de Santa Ana, se encarga de ejecutar el proceso de enseñanza con temas de orientación matrimonial, para luego reafirmar el compromiso y el deseo de formar una familia, a lo cual todo ser humano tiene derecho ya que según la Ley, la familia es la base de la sociedad.
Luego de la ceremonia, las parejas compartieron un momento en familia para celebrar la unión de sus seres queridos.
Por: Victoria Cabrera
