El Papa Francisco pidió al pueblo salvadoreño tener fe en la canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, dijo hoy el Presidente Mauricio Funes, quien fue recibido en audiencia por el Pontífice el pasado jueves
“El Papa me dijo que el pueblo salvadoreño debe de tener fe en que la canonización de Monseñor Romero avanza al ritmo adecuado”, anunció hoy el mandatario durante el programa Conversando con el Presidente.
Explicó que aunque Su Santidad, con quien se reunió por espacio de media hora, no dijo si la canonización será en los próximos días o en los próximos meses, sí aseguró que será “a la brevedad posible” y que “finalmente conoceremos de la canonización de Monseñor Romero”.
El Presidente Funes remarcó que el Papa dijo conocer a Monseñor Romero tanto por sus obras como por su acción pastoral, declaró que es un admirador de nuestro obispo mártir y que sabe de la “necesidad de que este proceso de canonización se dé”.
El papa Francisco, el primero de origen latinoamericano y jesuita, dijo al jefe de Estado que después de la canonización de Monseñor Romero vendrán otros procesos similares y se refirió particularmente al caso del padre Rutilio Grande.
Sobre el padre Grande, asesinado luego de oficiar una misa en el municipio de El Paisnal el 12 de marzo de 1977, el Papa afirmó, según dijo el Presidente Funes, que “este es un hombre santo que merece ser canonizado por la acción que llevó a cabo en defensa de los pobres, en defensa de los excluidos, en circunstancias realmente complicadas”.
El gobernante anunció que en la audiencia le planteó que “Monseñor Romero se ha convertido después de una adecuada interpretación de su mensaje pastoral y después de una adecuada valoración de lo que ha significado su aporte, tanto en vida, como una vez fallecido, en el guía espiritual de la nación”.
“No solo en referente de este gobierno, sino que en guía espiritual de la nación, y se ha convertido también en un referente para muchos pueblos de América Latina y del mundo entero”, complementó el mandatario.
En este contexto, explicó al papa Francisco que “el acelerar el proceso de canonización, sería bien visto, no solo por los salvadoreños, sino que por los latinoamericanos y por el mundo entero”.
El Presidente Funes obsequió a Su Santidad un relicario elaborado por las religiosas del hospital La Divina Providencia, en cuya capilla fue asesinado Monseñor Romero, y que incluye un trozo de la sotana que ocupaba el arzobispo al momento de morir.
El relicario consiste en una cruz de metal en cuyo centro está colocado un lienzo de tela de la ropa de monseñor Romero, impregnado con sangre derramada por el arzobispo, después de recibir el disparo en el corazón que le quitó la vida, la tarde de aquel 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en la capilla del hospital Divina Providencia, en la colonia Miramonte de San Salvador. El Papa se mostró emocionado al escuchar la explicación que le dio el Presidente Funes.
Al término de la audiencia el Presidente Funes aprovechó la audiencia privada para invitar al Papa Francisco a visitar El Salvador.