Oración para los salvadoreños - Periódico EL Pais

Oración para los salvadoreños

Oración para los salvadoreños

Por: Fidel López Eguizábal

«Dios, ilumina mis pasos desde el momento que salgo de mi casa, vigila mis pensamientos y acciones. Dios, protege a toda mi familia; no permitas que la delincuencia ronde por ellos. Dios, protege a todo El Salvador, no permitas que haya más sangre derramada, no permitas que entre hermanos se estén asesinando.

Dios, este día te lo dedico a tí, solamente te pido humildemente que guíes mis pasos en el trabajo, en los estudios; en todas las actividades  diarias. Te pido que me apartes de las malas compañías y las malas actitudes de los seres humanos.

Dios, cada día sufrimos en nuestro interior, escuchamos lamentos, vemos a nuestro prójimo llorar y cargar en sus  brazos al familiar asesinado.

No soy perfecto Dios, sin embargo,  permite que deje una huella positiva cada día, permite que todo mi obrar sea por el bien del prójimo.

Dios, vivimos en zozobra en El Salvador, pero eso no quiere decir que tenemos miedo, si cuando sentimos la muerte pensamos y nos encomendamos a tu Ser, nada nos pasará. Un día la delincuencia  tendrá su fin, de eso estamos seguros todos. Por el momento, protege a todos en los buses, en la parada de buses, en las calles oscuras, en la urbe del mal, en cualquier lugar.

Dios, te pido que derrames tu bendición en las personas de mal corazón, dadles una oportunidad de conversión.

Te pedimos que ilumines a quienes guían a este país, para que ellos  puedan con prudencia solucionar los problemas que nos agobian.

Dios, te pedimos, no importando la religión, que: Intercedas por todos nosotros, te pedimos que un día despertemos y escuchemos en los noticieros noticias positivas; te pedimos que cese tanta delincuencia.

Me  arrodillo y, con mi oración sé que lograré tocar los corazones duros, sé que lograré apaciguar las almas débiles que solo piensan en hacer el mal.

Dios, mi triunfo será que después de un día cansado, después de laborar y ganarme el pan diario, pueda llegar sano y con vida a mi hogar. Mi triunfo será ver a mis  hijos tocar la puerta y recibirles con un abrazo.

Por  último Dios, te pedimos que las almas que no deseaban  irse de este mundo, descansen en paz y que, las familias de ellos tengan paz en su corazón. Amén.

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