Diez días antes de ceder el cargo a Donald Trump, el todavía presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ofreció un discurso de despedida a la nación desde Chicago.
Recapitulación de sus logros
Obama hizo un resumen de su mandato, desde Afganistán a Cuba, enfatizando sus progresos. Obama dijo que, si hace ocho años hubiera prometido que el país «dejaría atrás una gran recesión», abriría «un nuevo capítulo con el pueblo cubano, cerraría el programa nuclear de Irán», lograría la legalidad del matrimonio homosexual y reformaría el sistema sanitario, «me habrían dicho que estaba aspirando a demasiado». «Pero es lo que hicimos, eso es lo que ustedes hicieron».
«En diez días pasaré la presidencia a Donald Trump, como hizo conmigo Bush», dijo tendiendo la mano a su sucesor. Y alabó la posición de su país en el mundo. «El futuro debería ser nuestro… pero el potencial sólo se hará realidad si nuestra democracia funciona», puntualizó. Citó al terrorismo entre las amenazas que la acechan y recordó que lo ha combatido hasta elminar a muchos de ellos, «incluido Bin Laden».
«Tenemos que prestar atención y escuchar», dijo, no sólo a las minorías, sino también a la clase media blanca que ha visto su mundo tambalearse con los cambios como los tecnológicos. Pero insistió en citar a la inmigración como origen y esencia de un país formado por raíces irlandesas o italianas.
«Nuestra Constitución es un gran regalo», afirmó… «Pero es sólo un trozo de papel, no tiene poder por sí mismo. Eso depende de nosotros mismos», añadió citndo a Jefferson para defender de nuevo el autogobierno y la democracia. Y protestó por la gente que considera a unos «más americanos que otros», pidiendo que la gente se involucre en política no sólo cada cuatro años, con las elecciones. «Nuestra democracia se ve amenazada si la damos por sentada», dijo.
Obama concluyó alabando a las generaciones jóvenes: «Creo más en este país que cuando empecé». «Os pido que creáis no en mi capacidad para traer el cambio sino en la vuestra»… Y repitió para terminar su conocido «Yes we can» («sí se puede, sí que lo hicimos, sí se puede», repitió) y el habitual «Dios bendiga América», tras lo que empezó a mezclarse una larga ovación con la música de Bruce Springsteen que dio fin al acto.
El primer presidente en dirigir un discurso de despedida fue fue George Washington en 1796 y el último, George W. Bush, antecesor de Obama. Aunque este sí que es el primero el elegir su ciudad de adopción para pronunciar este tipo de discurso. Con ello, Obama, que nació en Hawái, cierra un círculo, ya que vuelve a la ciudad donde inició su carrera política y donde estará su Biblioteca Presidencial.
Fuente DW