Familiares y amigos buscaban explicación de lo ocurrido. Cientos de flores decoraban el féretro donde descansan los restos mortales de Lorenita.
Cada noche, alrededor de diez menores de edad solían jugar fuera de sus casas en el Barrio El
Ángel, en el municipio de Atiquizaya, Ahuachapán. Eran aproximadamente las 6:30 de la tarde
del viernes 20 de septiembre cuando un desafortunado hecho cobró la vida de una de las niñas, a
pocos metros de su vivienda.
Según residentes de la zona, una persecución entre pandilleros terminó en tiroteo. Una bala
perdida impactó en la pequeña Lorena Michelle Romero, de nueve años de edad. Al escuchar
los disparos, su padre corrió hasta donde se encontraba el cuerpo de la menor y la trasladó a la
unidad de salud de la localidad, sin embargo el esfuerzo fue en vano.
En el incidente también resultaron otros dos menores lesionados, uno ya fue dado de alta y el
otro se encuentra debatiéndose entre la vida y la muerte en la Unidad de Cuidados Intensivos del
Hospital de Niños Benjamín Bloom.
El tiroteo ocurrió a una cuadra de donde se encuentra la sub delegación policial de Atiquizaya.
Los familiares de la niña lamentaron que las autoridades hayan tardado, según ellos, unos veinte
minutos en hacerse presente a la escena.
“Es inaudito. Fui a levantar a mi hija, me la llevé y alguien fue a traer a la policía. No se habían
dado ni cuenta”, lamentó el padre de la menor.
Este hecho conmocionó a toda la comunidad atiquizayense, quienes acudieron de forma masiva a
la vela y al entierro de la menor. Se estima que más de medio millar de personas habrían recorrido
las calles de la ciudad como muestra de apoyo a la familia doliente.
Los restos de la pequeña fueron sepultados en el cementerio general de Atiquizaya. Ni la lluvia
fue impedimento para que la población se hiciera presente al camposanto. Durante el recorrido,
compañeros de estudio de Lorenita estuvieron presentes con pancartas en las que exigían el cese
de la violencia.
Los familiares de la pequeña la recordaron como una niña alegre, cariñosa y muy amigable. La
madre recordó que la niña recientemente había participado en un evento escolar en donde fue la
encargada de dirigir las palabras delante de sus compañeros.
En aquella ocasión, recordó, la niña habría pedido por la paz en nuestro país y por la protección
divina de cada uno de sus familiares y amigos.