SANTA ANA – El exceso de velocidad y la curiosidad provocaron un nuevo accidente sobre el kilómetro 61 Carretera Panamericana, cerca del desvío a Sonsonate, en donde dos vehículos uno con placas guatemaltecas propiciaron dicho percance.
El motivo del accidente se originó porque sobre la calle se encontraba un cuerpo sin vida, a causa de que minutos antes había sido atropellado.
Al llegar a la escena solo se encontraban las personas de los vehículos involucrados, ya que el cuerpo del fallecido que se encontraba sobre la carretera, ya había sido retirado del lugar.
Al momento de efectuarse el choque según relatan testigos, todo ocurrió cuando el vehículo chapín con placas P-664DFM disminuyó su velocidad para observar al muerto sobre el pavimento en la carretera, siendo en ese momento en donde el automóvil con placas salvadoreñas P-550-210 impactó en la parte trasera de la camioneta; «Delante mío habían dos carros más que disminuyeron su velocidad para observar a la persona fallecida, siendo en ese momento que oigo que un carro comenzó a derrapar e impactándose contra mí”, comentó Andrés Matamoros, conductor de la camioneta con placas chapinas.
Andrés Matamoros, de origen salvadoreño comentó que el motivo de conducir un vehículo con placas extranjeras era porque su trabajo le exigía viajar constantemente a Guatemala, por ese motivo su jefe le prestó el automóvil ya que en el país hermano a los automóviles con placas salvadoreñas sufren asaltos constantemente.
Por otro lado el dueño del vehículo Francisco Arias, agregó que él iba a velocidad normal según lo establecido, cuando de repente vio que el vehículo de adelante se había detenido, quedando sin opción a esquivarlo.
Para bien de ambos conductores ninguno resulto con heridas graves, sin embargo para la persona que se encontraba sin vida en el lugar, habitantes cercanos a la zona aseguraron que el vehículo involucrado en el hecho había huido. La víctima no fue identificada, por lo que agentes de medicina legal procedieron a trasladar el cuerpo a sus instalaciones.
Por: Rodrigo Zetino





