Los Atrincherados - Periódico EL Pais

Los Atrincherados

Los Atrincherados

Por Fidel López

Si, ahí están exguerrilleros del FMLN y exsoldados atrincherados; unidos pidiendo que les escuchen…mientras tanto, alguien escribe “Francisco Flores es un HDP”, que “Sigfrido Reyes es el nuevo millonario corrupto”.

Atrincherados están contando leyendas de montañas, noches frías y solitarias. Cuentan sus historias de guerra…mientras tanto el pueblo tiene otra guerra.

Los atrincherados se abrazan para tomarse una foto para los medios de comunicación. Mas no saben, que alguien que tiene «pierna de palo», ha de tener a su lado quien le provocó tal desgracia. La madre narra como historia del Vietnam como perdió a sus cinco hijos.

Los atrincherados, madres, hijos y resucitados, quieren que el Gobierno les escuche sus súplicas. No quieren otra fratricida guerra; nada más quieren es techo y alimentos. Mientras tanto, el guerrillero de cuello blanco está en la casona, nada más recordando cuando era comandante guerrillero. Mientras tanto, el general, con sus amistades toma una copa de Chivas Regal. Quizá, piense en la guerra!!!

Los atrincherados que lucharon por la patria, están vigilados por El Salvador del Mundo, llorando sus penas y amarguras. De repente, alguien ríe, cuando desglosa y cuenta la anécdota cómo derribó el puente de Oro. El exsoldado cuenta cómo dejó a su familia para luchar por un mejor país. A media noche, alguien se despierta, no es por la sirena de la policía, es porque alguien no tenía sueño y con guitarra en mano canta “Casas de cartón”. Ansiedad al saber que ellos mismos viven en un mundo imaginario. En casas de cartón.

A veces, a veces hay luchas inexplicables. A veces el ser humano pierde hasta su vida por ver cambios; empero, muchos morirán esperando el cambio personal. Los atrincherados siguen en el olvido, los atrincherados lloran al ver que su lucha fue en vano. Solo los de allá arriba están comiendo frito y viviendo en casas de ricos.

¡Hay mi pueblo! Se ha atrincherado por unas migajas. No revivirán su sangre, no podrán cambiar sus vidas; lo único que pueden hacer es luchar por sus descendientes. Si es que a El Salvador le alcanza la chiva.

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