A lo largo de la historia la humanidad ha librado una infinidad de guerras, religiosas y políticas han sido las más recurrentes, muriendo muchísimas personas. En pleno siglo XXI vivimos la lucha más grande y cruel que se nos haya presentado antes y es la batalla por la vida; el aborto ha significado el mayor mal para nuestra especie.
Nunca en siglos pasados habíamos visto un perverso ahínco por hacer ley el poder quitar la vida a seres tan indefensos, era impensable que nuestros congéneres se lucraran vendiendo al mejor postor órganos y extremidades de bebes abortados. Esto que menciono lo afirmó el Congreso de los EE UU confirmando que Planned Parenthood se lucra con el tráfico de órganos, corroborándolo mediante un video grabado a Deborah Nucatola, Directora Superior de Servicios Médicos admitiendo abiertamente el uso del aborto de nacimiento parcial con el propósito de conseguir partes intactas de los cuerpos de los bebes abortados, para vender sus órganos. El video fue realizado secretamente por The Center for Medical Progress, un grupo a favor de la defensa de la ética médica, fue realizado en julio del 2014.
Apenas 72 horas después de haber jurado el cargo, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump reactivó una orden instaurada por Reagan que elimina la financiación para la práctica y promoción del aborto a organismos como Planned Parenthood.
Nuestro país, es de los pocos en el mundo que prohíbe en toda circunstancia el aborto, indudablemente somos un ejemplo a seguir, un pilar fundamental en la defensa de la vida; sin embargo cada cierto tiempo vuelven a la carga organizaciones y personas enfrascadas en legalizar esta aborrecible práctica. En medios de comunicación vemos campañas apoyando cuatro pretextos para asesinar la vida más inerme.
Tristemente hay muchas personas confundidas, organizaciones abortistas haciendo infinidad de lobbys para crear mayor confusión. Atacan constantemente a la Iglesia, pidiendo su exclusión de los debates, porque saben que la es la única institución que custodia la ley moral y al descartarla llevan el debate a una esfera política y jurídica, facilitando una posible aprobación.
Es imprescindible que todos los que defendemos el principal derecho humano que es el derecho a la vida, no nos quedemos de brazos cruzados, en nuestro entorno hagamos la diferencia y seamos guerreros de la verdad y la vida. Nos acusan de retrógradas, de arcaicos por no aceptar que el aborto es un “derecho de la mujer” “un avance para a la sociedad.”
Es todo lo contrario, los defensores de la vida hemos elegido irradiar luz y no muerte, hemos seleccionado el bien y no el mal, tenemos predilección por la dignidad humana y no por despreciarla… todo aquel que se sienta cómodo o le de igual legalizar el aborto, el que piense que el aborto es un derecho, no merece realmente el calificativo de humano, por haber dimitido de la razón al no diferenciar el bien del mal.
Las generaciones futuras se llenaran de horror al computar las cifras de muertes causadas por los abortos y se asombrarán más de aquellos que no hicieron nada por frenar este genocidio. Al igual que muchos soy de los que defienden la vida en cualquier latitud. Del 19 al 21 de Junio asistiré a la Asamblea General de la OEA en Cancún, México y ante las comitivas de todos los países americanos, expondré la necesidad de defender la vida desde la concepción, debatir con quien sea, pelear esta batalla por la vida y hacerlo con inspiración sobrenatural, esa que solamente viene ¡desde el cielo¡
Luis Enrique Contreras Reyes
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