En aulas de madera con techos lámina, piso de tierra y sin pupitres. En esas condiciones recibían clases los alumnos de segundo y tercer grado del Centro Escolar Caserío Los Zapes, Cantón Chorro Arriba de Izalco.
Pero a pesar que no contaban con espacios ni mobiliario adecuado, los niños siempre asistían a clases. No les importaba el insoportable calor de las aulas de lámina, no tener donde sentarse, ni recorrer cinco kilómetros para llegar a la escuela. Su deseo de superarse era aún más grande que estas circunstancias.
Para Marlin Tepas, directora de la escuela, el no contar con la infraestructura adecuada para atender a sus estudiantes era una gran preocupación. Durante años buscó ayuda para mejorar las condiciones de infraestructura del centro escolar hasta que el año pasado encontró apoyo en la Embajada del Japón.
A partir de este mes, gracias al programa Asistencia Financiera No Reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana (APCS), los alumnos de esta escuela recibirán clases en aulas amplias, adecuadas y seguras.
Kazuho Kawamata, Ministro Consejero de la Embajada del Japón, explicó que al conocer la historia de esta comunidad educativa y al ver su empeño por salir adelante, el gobierno nipón decidió donar un total de 74 mil 900 dólares para la construcción de dos aulas, un módulo de servicios sanitarios, una cocina-bodega y la realización de mejoras en las instalaciones existentes.
Durante la inauguración Kawamata destacó que las obras contaron con la colaboración de la comunidad, la Alcaldía de Izalco y el Ministerio de Educación.
“Estoy muy agradecida con Japón porque este proyecto nos ha cambiado la vida. Con las nuevas aulas los niños se sienten más motivados para estudiar y hasta tenemos más niños que se quieren matricular”, expresó Tepas.
En el departamento de Sonsonate, Japón ha invertido 2.4 millones de dólares en 25 proyectos de infraestructura y así ha contribuido a que 14,589 alumnos cuenten con un entorno digno para su desarrollo académico.
