FAO apoya a empresas semilleras de pequeños productores en Centroamérica - Periódico EL Pais

FAO apoya a empresas semilleras de pequeños productores en Centroamérica

Doce mil familias de Centroamérica, Panamá y Belice participan en un proyecto de formación de empresas rurales para la producción de semillas de calidad de maíz, frijol, sorgo y arroz.
 
Ciudad de Panamá, 16 de agosto 2011.– El proyecto Semillas para el desarrollo trabaja con miles de agricultores familiares para mejorar la disponibilidad, uso y acceso a semillas de buena calidad de maíz, frijol, sorgo y arroz en Centroamérica, Panamá y Belice.
 
Según la FAO, existen más de 2 millones de familias productoras de granos básicos en Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Belice que necesitan semilla de calidad para mejorar su producción.
 
“Representan el 29 % de la población de la región, y gracias a los alimentos que producen constituyen, sin lugar a dudas, una de las respuestas más importantes ante las crisis alimentarias”, explicó José Graziano da Silva, Representante Regional de la FAO.
 
El pilar fundamental del proyecto, que opera en el terreno desde julio del 2010, es el funcionamiento de empresas de pequeños productores, las cuales abastecen con semillas de buena calidad a los pequeños productores de granos básicos, de manera sostenible.
 
“Esto se logra formando empresas rurales semilleras, que potencien la capacidad de producción y que participen activamente en el mercado de semillas”, explicó Deodoro Roca, Coordinador Subregional de la FAO para América Central.
 
A la fecha, el proyecto ha logrado formar 132 grupos de productores de semilla de buena calidad de granos básicos, de los cuales 24 están en proceso de consolidación en empresas productoras de semilla, beneficiando directamente a 12 mil familias de productores. Para el año 2011, la meta es producir 3,272 toneladas de semillas aptas para pequeños productores.
 
El proyecto recibe la asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es ejecutado junto a los institutos nacionales de investigación de los ministerios de agricultura de los países del Consejo Agropecuario Centroamericanos, y es financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
 
Existen mercados para la producción local de semillas
El proyecto Semillas estima que entre 2004 y 2010, los gobiernos centroamericanos han importado desde fuera de la región 773 mil quintales de semillas de maíz, frijol, sorgo y arroz para distribuir o subsidiar a los sectores más vulnerables de su población a través de programas de asistencia social.
 
“Los países continúan importando semillas de granos básicos, lo que indica que no se han logrado establecer sistemas sostenibles de producción de semillas nacionales y que existe un mercado institucional que también puede ser atendido por los grupos de pequeños productores de sus propios países”, señaló Deodoro Roca. La ventaja que dichos agricultores es que utilizarían variedades adaptadas a las condiciones climáticas locales y que son propias de los patrones alimentarios de los centroamericanos.
 
Además de mejorar la producción y comercialización de semillas, el proyecto fortalece la institucionalidad de los ministerios de agricultura de los países, a través de propuestas de políticas y un marco normativo para el desarrollo sostenible del sector de semillas.
 
Las semillas de buena calidad pueden tener un gran impacto en la productividad y la comercialización y apertura a mercados: “Con el apoyo del proyecto, la semilla de maíz de variedades de polinización libre ha demostrado asegurar un 33 % más de productividad para los pequeños productores de granos”, agregó Roca.
 
Confianza en los pequeños productores
Semillas para el desarrollo considera que mejorar la producción resuelve solamente parte del problema de inclusión de los pequeños productores a un mercado formal de semillas.
 
Los productores enfrentan un sistema tradicional de certificación estatal de semilla desde la época de los años setenta, que no cuenta con los recursos suficientes para atenderlos.  Esto ha ocasionado que la semilla de buena calidad adaptada a las condiciones y necesidades de los pequeños productores no se desarrolle. Actualmente esta se comercializa en un mercado informal, perdiendo así competitividad. 
 
El proyecto sostiene que es preciso establecer una relación de confianza entre las instancias fiscalizadoras estatales y los pequeños productores de semilla, para agilizar los mecanismos de supervisión y control de calidad, que les permitan a los pequeños productores insertarse en una economía de mercado.
 
Falta de semilla de calidad no permite aprovechar mayores precios
El alza de los  precios de los alimentos a nivel mundial ha revelado que la falta de inversión en las capacidades locales de la agricultura familiar no les permite aprovechar las oportunidades que representan los mayores precios alimentarios para aumentar su producción y mejorar sus ingresos.
 
“Hoy, a pesar de su tremenda importancia para la seguridad alimentaria, estos productores enfrentan una escasez de semilla de buena calidad, lo que les impide mejorar sus rendimientos y atender a un mercado que ha incrementado su demanda de alimentos en los últimos años”, explicó Deodoro Roca, añadiendo que el proyecto Semillas suple esa falta de insumos, potenciando enormemente el desarrollo de los pequeños productores.

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