Dame tus sueños (1997) - Periódico EL Pais

Dame tus sueños (1997)

Dame  tus sueños (1997)

Por: Fidel López Eguizábal

Docente Investigador Universidad Francisco Gavidia

 

Campesino: amigo campesino, de pies descalzos,

sombrero desgastado y agallas forjadas

por un arduo trabajo…

“Quiero saborear tu faena diaria,

despertar con el cántico de los gallos,

deleitar el alba con un día prometedor,

decirle buenos días a mi amada y a mis hijas

acompañarles en el alimento campero,

y marchar con el machete afilado

a tallar la fábrica de mis sueños,

y labrar un pedazo de tierra fructífera”.

El secreto de las colosales montañas,

te enseñaron a luchar incondicionalmente,

te enseñaron los dones del trabajo,

te convirtieron el sudor de tu frente

en abono prometedor en tui semilla.

Eres la fuente alimentadora de muchos,

eres el trabajo transformado en pan.

Sueñas con el árbol de fuego, el río reluciente,

con el nido esperando nueva vida…

Dame tu mejor revelación

el don de cosechar un sagrado fruto,

de albergar en tu humilde corazón

la paz interior y apacible amor.

Poeta: Romántico poeta, dueño del amor,

del viento, de las estrellas, de la vida…

tus emociones son fuente divina

que edifican con un puñado de letras

un mundo maravilloso y especial.

Conocer tus palabras, es glorioso,

con ella corroes los malos pensamientos,

alimentas al paupérrimo,

regocijas al emprendedor,

brindas a todos, una forma diferente

de contemplar la Creación Divina.

Nada más pido una porción,

deja que mi mente se ilumine

y encienda un canto de ilusión

para mi amada, para que mi vida

encaje en el arcoíris del amor.

Con tu infinita poesía,

deseo en mi sueño,

cruzar el umbral de la muerte

para saludar a mi madre difunta.

Tus versos levantan al más pequeño,

reviven a los corazones errantes,

tus versos son rocío alimentador,

pues, a los campos haces florecer.

Tus versos transforman las encantadas fantasías:

El Príncipe rescata a la doncella…

El Emperador conquista países…

El Poeta transforma melodías de amor…

Niño: Desearía romper las barreras,

las barreras de la mente

que lleva un niño soñador.

Convertir un indefenso juguete,

en una máquina de sueños de amor…

imaginarse un mundo perfecto,

soñar que una sonrisa

cambia el corazón sepultado por el rencor.

Imaginar un mundo fantástico

incompatible con la maldad

e indestructible por las guerras.

Sentir que puedes cambiar el mundo,

aunque sea por un momento,

como una Cenicienta fugaz.

Tú puedes coronar la vida celestial,

por tener bondad interior;

con un pequeño gesto,

puedes revivir la fe perdida.

Inocencia repartida durante la infancia,

desbordas alegría y desconoces el mal,

los problemas no rondan tus pasos;

por ello, dame un poco de ti.

En mi subconsciente soñador,

la fantasía se torna realidad,

y la realidad, en una máquina de hacer sueños.

Puedes navegar en el barco de papel,

pilotear una nave llamada piscucha

y transformar las canicas en pequeños mundos.

Joven: Has puesto el pie idóneo,

estás forjando tu muro, tu nido.

Sabes que el sueño es intrigado;

pero, si tus agallas son fuertes,

cosecharás un mundo especial.

Tus batallas han sido vencer el odio,

vencer el río de los vicios,

sacudir tus rodillas en las caídas.

Que tus raíces crezcan en campo fértil

para encaminarte en un bello amanecer,

ama tus sueños, no los dejes correr.

Es el libro, tu mejor aliado

para alcanzar la palabra del bien,

los consejos de tus padres

son el sendero hacia el futuro.

Anciano: estás en el mundo experimentado,

de las historias sin fin,

cada arruga es una aventura vivida.

Eres “longevo de mirada penetrante”.

He llegado hasta tu intachable interior,

libre como el viento y,

enséñame tu paz creadora.

Tu maestría guía al solitario,

tus consejos son camino al éxito,

has manejado bien los mandamientos,

aquellos vividos en el conteo de tu siglo.

Descansas en tu vieja mecedora

y narras las mil y una noche

rodeado de pequeñas almas inocentes.

Mi sueño: Ayer estuve en la cúspide de la montaña,

el cielo y la naturaleza acaricié

y no quise despertar jamás.

Ahí, mi mente atravesó la barrera,

la barrera del subconsciente

y percibí un mundo paupérrimo,

un mundo tercermundista,

buscando su desarrollo total,

una esfera atrofiada por la destrucción ecológica.

Fue una pesadilla, un sueño letargo,

En donde la palabra etcétera es infinito,

En donde la palabra amor se derrumba.

¡Oh mundo!, cuando despiertes,

la palabra destino, estará entre paréntesis,

por ello, solo deseo un único sueño.

Quiero mi sueño hecho realidad,

“que mi poesía sea pan para el olvidado,

guía para el pequeño buscador de vida

y paz interior para el destructor de sueño.

Que mi poesía aliente al desesperado enfermo,

en la lucha contra la vida,

que mi poesía sea trabajo para el niño

perdido en las calles,

que sea guía para ya no desperdiciar

su preciada inocencia,

la inocencia de un pequeño soñador”.

El sueño de todos: Ser hermanos unidos para siempre,

olvidar que los muros no existen,

olvidar las guerras fratricidas.

Amanecer conjugando el verbo amor,

anochecer perdonando a los enemigos,

respirar el aire puro sin odio

tratando de no llenarlos de rencor.

Que todos los hombres canten el mismo coro

para transmitirlo a todos los lugares,

que el sol ilumine ala salmas perdidas

en el dilema de los vicios terrenales.

El sueño de todos: “amar a la humanidad”.

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