COMERCIANTES DE FLORES SE PREPARAN PARA EL DIA DE LOS DIFUNTOS - Periódico EL Pais

COMERCIANTES DE FLORES SE PREPARAN PARA EL DIA DE LOS DIFUNTOS

Doña Ana desde hace más de veinte días se sienta cada noche en su casa y junto a los demás
miembros de su familia inician afanosamente el trabajo, luego de la ardua faena como
comerciante en el mercado central número uno de la ciudad de Santa Ana, ella al igual que
muchos otros vendedores ya se prepara para recibir una fecha importantísima para los
salvadoreños, el día de los fieles difuntos.

Con tijera en mano, recorta retazos de plásticos de múltiples colores, cuidadosamente los
atraviesa con una amenazante aguja capotera y luego mágicamente los une con un trozo de
pajilla mediante un cordel común y corriente, éste proceso se repite al menos 15 veces hasta
finalizar “un churro”.

El proceso para fabricar un churro tarda aproximadamente diez minutos, “a mí no me abunda,
a mi mamá sí” comenta Xiomara, una de las hijas de Doña Ana, esta familia tradicionalmente ha
ofrecido artículos propios del día de los fieles difuntos, el cual se celebra cada dos de noviembre
en nuestro país.

Muchos santanecos acostumbramos colocar en las tumbas de nuestros seres queridos flores,
gallardetes, papel picado y por supuesto los famosos churros, entre otras cosas, por ello esta
familia ya se está preparando para ofrecer estas tradicionales tiras hechas de plático y pajillas
de colores, “a mí me gusta ponerle porque es algo que no se lo roban y las tumbas quedan bien
bonitas” comenta otra vendedora.

La decoración de las tumbas puede variar en base a la capacidad económica de cada familia,
sin embargo, los “churros” son del gusto de la gran mayoría, “mi papá hacía unas flores bien
bonitas, esterinadas” recuerda Xiomara, el año pasado esta familia optó por no comercializar estos
productos, sin embargo esta vez lo han retomado y ya se están preparando para recibir a todos los
clientes.

Mientras el día se llega, la familia de Doña Ana, continuará cada noche, sentados frente a su
televisor trabajando incansablemente en la confección de los churros, con la esperanza que
el recuerdo y la nostalgia se mezclen y den como resultado una bondadosa venta de estos
productos.

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