Por: Alberto Cabezas Villalobos
Fundador Fundación Mundial Déjame Vivir en Paz, Costa Rica
Creemos que si nuestros países centroamericanos pueden unirse como región vamos a ser beneficiados, porque la unión hace el cambio social que tanto requerimos como un solo bloque. Dios quiere que podamos vivir y expresar esa realidad que se llama Cristo.
La carta de Efesios específicamente en sus versículos 4:3- 7, nos manda a guardar los vínculos de la paz; una misma fe, un mismo bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
Por eso, con seguridad puedo expresar que la carta de los Efesios se escribe en condiciones similares a lo que sucede en Centroamérica como región, en ese momento y actualmente hay inestabilidad política, injusticia social, cambios radicales, tensiones xenofóbicas y corrupción moral. El emperador de ese momento era Nerón, un hombre extremadamente corrupto, era uno de los emperadores más crueles de la historia.
Reitero que lo que el Apóstol Pablo y la iglesia primitiva están viviendo en este tiempo, no era muy diferente a lo que Usted y hoy estamos viviendo en Centro América en este momento presente. Estamos experimentando una ola de violencia y de soberbia como nunca antes se había convencido en Centro América. Violencia contra los (as) niños (as), violencia contra personas adultas mayores, violencia contra jóvenes, contra la mujer, contra la persona con discapacidad, contra el emigrante, entre otros grupos sociales… Pero lo más malo de nuestra historia que en vez de unirnos para enfrentar todos estos flagelos sociales nos separamos cada vez más como es el caso de Costa Rica y Nicaragua.
Por eso, varias personas, dentro de los que destaca el presidente del Congreso de Costa Rica Henry Mora, dos diputados ticos más y una Concejal de Santo Domingo de Heredia de este territorio hemos firmado varias cartas dirigidas al pueblo de Costa Rica y Nicaragua solicitándoles que oren por nuestra salud, funciones y la de muchos(as) más que tenemos como misión apoyar el desarrollo de la paz, menos discriminación, xenofobia y racismo.
Hemos reconocido que resulta fundamental el acompañamiento de las Iglesias de Nicaragua y Costa Rica en oración conjunta para que nuestros gobernantes lleguen a buenos acuerdos, de la misma manera que un llamado a los fieles de todos los sectores para evitar la violencia o el enfrentamiento entre los(as) hermanos(as) nicaragüenses y costarricenses y viceversa.
Consideramos que también resulta de suma importancia mantener la unidad más allá de nuestros límites territoriales como centroamericanos que somos y buscar cómo construir ideas en común que favorezcan la naturaleza que Dios nos ha dado así como desarrollar la solidaridad.
Tal como dice Segunda de Crónicas en su capítulo siete y versículo catorce: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los Cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”.