Bolsonaro y Lula se disputan el futuro de un Brasil polarizado - Periódico EL Pais

Bolsonaro y Lula se disputan el futuro de un Brasil polarizado

Bolsonaro y Lula se disputan el futuro de un Brasil polarizado

Más de 150 milones de brasileños están llamados este domingo a las urnas para elegir quién será su presidente durante los próximos cuatro años: el conservador Jair Bolsonaro o el socialista Lula da Silva. Una decisión, no obstante, que en esta ocasión irá más allá de la agenda política.

A escasas horas de que los centros de votación abran sus puertas por todo Brasil este domingo, el actual presidente, Jair Bolsonaro, y el exmandatario y también candidato Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva apuran sus últimas opciones para intentar desequilibrar a su favor unas elecciones que se prevén especialmente ajustadas, un detalle que, tratándose de dos personajes antagónicos, pone de manifiesto la fuerte polarización del país.

Según los últimos datos divulgados esta semana por el Instituto Ipec y el Grupo Globo, Lula, con un 50 % de la intención de voto, aventaja en siete puntos a Bolsonaro, que cuenta con un 43 %, unas cifras que se han mantenido relativamente estables en las últimas semanas y que, teniendo en cuenta el margen de error, podrían resultar en una larga noche de escrutinio el 30 de octubre.

Se trata de un panorama, por lo tanto, incierto; pero también inesperado.

Cuando Lula anunció oficialmente su vuelta a la primera línea de la política como candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores (PT), tras haber estado preso por corrupción y haber sido finalmente exonerado por la Justica, acumulaba más de 15 puntos porcentuales de ventaja sobre el actual mandatario. Por entonces, pocos auguraban una segunda vuelta.

Pero entonces llegó la votación del pasado 2 de octubre y, contra todo pronóstico, ni Lula logró una mayoría absoluta, ni Bolsonaro tuvo problemas para pasar a la siguiente ronda. El socialista acabó cosechando el 48,43 % de los votos, mientras que el líder conservador pasó el corte con un 43,20 %. Es por ello que muchos brasileños se preguntan, ¿cómo se ha llegado a esta situación?

Elección por rechazo

Muchos atribuyen el paso al frente dado por Bolsonaro en la primera vuelta a que esta es una elección en la que los votantes están motivados principalmente por el «rechazo».

“Esta es una elección del rechazo, no de escoger al que represente los mejores ideales de uno”, dijo a The Associated Press Thiago de Aragão, director de estrategia del grupo de análisis políticos Arko Advice.

“La mayoría de los simpatizantes de Bolsonaro no necesariamente aman a Bolsonaro, ni lo apoyan, sino que odian más a Lula. Y viceversa. Ellos son dos de los políticos más rechazados en la historia de Brasil”, acotó De Aragão.

Precisamente, en un intento por aumentar su base de votantes, en abril, Lula anunció que su otrora adversario, el político de centro-derecha Geraldo Alckmin, sería su compañero de fórmula.

Por su parte, Bolsonaro cuenta con un sólido apoyo por parte del electorado evangélico, que ya resultó clave en su victoria electoral de 2018. Sin embargo, el actual mandatario, que fue criado como católico y bautizado en el río Jordán por un pastor evangélico durante una visita a Israel antes de su llegada al Palacio de Planalto, ha perdido cierto apoyo en los últimos tiempos.

Lula aprovechó la coyuntura para lanzar a mediados de octubre la ‘carta a los evangélicos’, un manifiesto con el que buscaba aplacar la aversión de ese poderoso electorado. Bolsonaro no dudó en responder apoyando una intensa campaña en las redes sociales con mensajes tales como que Lula se comunica con el demonio; un episodio más en el torrente de desinformación que enmarca los comicios.

Imagen y desinformación

La imagen, sin duda, será uno de los puntos clave de estos comicios. Y eso es algo que ambos candidatos saben perfectamente. Mientras que Bolsonaro pone en duda la honestidad de su contrincante, Lula retrata al líder del Partido Liberal como una persona carente de humanidad.

“Decimos sí a la propiedad privada. Respetamos a los hombres que trabajan en el campo. Creemos en el derecho a la autodefensa. Éste es el país que queremos, no un país de ladrones”, espetó Bolsonaro a Lula durante el debate del pasado 17 de octubre, en clara referencia a los escándalos de corrupción que han acabado por ensombrecer la presidencia de Lula, de 2003 a 2011.

La réplica de Lula, en referencia a los miles de brasileños que fallecieron en la pandemia: “No querías entender el sufrimiento del público”.