En Santa Ana se llevó a cabo recientemente el primer festival “Santa Ana por la niñez”, el cual
estuvo coordinado por el Colectivo de Artistas Santanecos y apoyado por instituciones como la
Casa de la Cultura, el Juzgado de Familia, el Centro de Artes de Occidente, entre otros.
Según los artistas, esta no fue simplemente una celebración más del Día del Niño y Día de la Niña
(1 y 11 de octubre respectivamente), sino que se trata de un impulso que busca promover los
derechos universales de los pequeños, haciendo hincapié en la aplicación de herramientas como
la Convención sobre los Derechos del Niños y la Ley de Protección de la Niñez y Adolescencia
(LEPINA).
Los beneficiados con este festival fueron centros educativos que funcionan en el centro de la
ciudad. Durante el evento los pequeños pudieron apreciar de una exposición artística con obras
elaboradas por niños y niñas menores de diez años de edad, además se colocó un stand en el que
los niños fueron orientados sobre cómo hacer valer sus derechos y cuáles son las leyes que los
amparan.
También hubo actividades artísticas, presentación de mimos y payasos, concursos, talleres de
dibujo y pintura, grupos teatrales, títeres, entre muchas otras sorpresas. Los artistas consideran
que esta es una forma de cómo se puede satisfacer en los niños la necesidad de recreación,
vinculándola directamente a su proceso de aprendizaje.
Para finalizar la jornada, se llevó a cabo una conferencia titulada “Infantilización o ciudadanía
¿Qué queremos para nuestros hijos?”. La cual estuvo a cargo de Mario Francisco Mena, Asesor
especialista en Despacho Ejecutivo del ISNA.
Todas las actividades que se realizaron durante el festival estuvieron orientadas a dar a conocer a
los niños sus derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.
La Convención sobre los Derechos del Niño define los derechos humanos básicos que disfrutan los
niños y niñas en todas partes: el derecho a la supervivencia; al desarrollo pleno; a la protección
contra influencias peligrosas, los malos tratos y la explotación; y la plena participación en la vida
familiar, cultural y social.
Los cuatro principios fundamentales de la Convención son: La no discriminación; la dedicación al
interés superior del niño; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; y el respeto por los
puntos de vista del niño.