Al pueblo salvadoreño - Periódico EL Pais

Al pueblo salvadoreño

Al pueblo salvadoreño

Los terroristas y Criminales de Guerra son hoy, funcionarios públicos y sus cargos les protegen contra la justicia que, desde sus tumbas, exigen las víctimas. El pueblo salvadoreño que no podrá olvidar jamás los nombres de sus víctimas, se aprestará el día de las elecciones, a castigar, no dando su voto por ningún candidato a quien se pueda señalar de haber sido terrorista y Criminal de Guerra.

Todos los aspirantes a funcionarios públicos del FMLN, pretenden que sus cargos de funcionarios electos, les defienda contra las acusaciones de los crímenes del pasado. Tal está pretendiendo José Luis Merino cuando contra la obediencia debida a la Constitución, se aferra a una candidatura ilegítima, para garantizarse la impunidad contra la justicia nacional e internacional y, amenaza con tomar nuevamente las armas, si no logra sus objetivos.

Al expresar su voluntad, José Luis Merino se hace eco del propósito que tienen los antiguos terroristas y guerrilleros, de no abandonar el poder, aunque la Democracia por voluntad popular, así lo requiera.

La transición hacia la verdadera Democracia no será completa y firme, mientras los que fueron Comandantes y terroristas, no abandonen el poder y sean sometidos a justicia. Por tal exigencia, el Colectivo Víctimas del Terrorismo El Salvador, exhorta al pueblo salvadoreño para que con su voto, haga justicia, respondiendo categóricamente a las víctimas que con tanta saña sacrificaron y, cuyos nombres vivirán por siempre, en la memoria de la Patria.

El pueblo salvadoreño, noble y justo, oirá el clamor de las víctimas que exigen justicia para que nunca más, en el futuro, la violencia sea el método para resolver los problemas que aquejen a la ciudadanía. La verdadera Democracia Representativa, así lo exige en esta sociedad republicana.

El Colectivo Víctimas del Terrorismo El Salvador, se une a todas las Asociaciones Cívicas y gremiales que estimulan el ejercicio del libre sufragio. Todos a votar.

Por: Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

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