A un Apóstol que dio su Vida por la Libertad de su pueblo. - Periódico EL Pais

A un Apóstol que dio su Vida por la Libertad de su pueblo.

Por: Wilfredo Cea.

Monseñor Romero2Hoy se celebran elecciones sin muchos atropellos y fraudes,

¡Gracias a Dios!! Nació en El Salvador,

Un apóstol lleno de carisma y amor,

Que con su voz firme siempre pidió,

Justicia para su amado El Salvador.

Así, camino por todas las partes:

Por veredas y caminos empolvados,

Llenos de piedras o pavimentados

Bajo el sol, la lluvia y sombra de árboles,

Donde muchas veces hablo y reposó.

En ramadas a los feligreses misa dio,

Para hablarles de la palabra de Dios,

Y pedirle siempre por su pueblo amado.

Que sufría la injusticia del mal opresor.

Buscó los caminos ya casi enterrados,

Esos caminos que es la voz del peregrino,

Que sin importarle amenazas grita:

¡Basta ya! a la represión del campesino.

Ese camino, que es la justicia divina de Dios,

Que pide igualdad para todos en El Salvador,

Sean de sombrero, gorras, mantas o Mocasines,

Con uniformes, “Caites”, botas o descalzos,

Porque el pueblo es el amado de Dios,

Ya que para Él, todos somos iguales.

Hoy se celebran su martirio,

Hoy se recuerda nuevamente su amor,

Hoy se recuerda nuevamente su opresor,

Hoy se pide igualmente perdón a Dios,

Por la muerte de su hijo: ¡Monseñor Oscar Arnulfo Romero!

Que vivió y sintió el sufrimiento de su pueblo El Salvador.

Se vota sin muchas amenazas, se pide justicia sin tener matanzas,

¡Oh Monseñor Oscar Arnulfo Romero!

Tu muerte ha dejado una gran lección al mundo entero,

Y de igual manera tus mensajes de justicia y verdad.

Hoy, hay videos, películas y muchos libros,

Que hablan de ti ¡Santo Monseñor Oscar Romero!

Años después estamos viviendo tus sueños,

Que es: que El Salvador, sea un verdadero pueblo,

Donde haya democracia, trabajo y educación,

Como alimentación para sus hijos hambrientos.

¡Gracias Mons. Oscar Arnulfo Romero!, tu vida y palabra nos libero.

Como profeta tú lo dijiste:

camino,

“Si me matan ¡Resucitaré en el pueblo Salvadoreño!

y ofrezco mi sangre a Dios, por la redención

y por la resurrección de El Salvador”.

Que conoció tu amor y sufrimiento,

¡Dios, te bendiga! ya que hoy te tiene entre sus Santos,

Que vinieron con misión al igual que muchos

Que dieron la vida por una causa justa,

Como tú la distes por tu pueblo Amado El Salvador,

Así es, hoy tu pueblo te celebra,

al igual que el mundo entero,

Por la lucha de justicia para tu pueblo.

¡Ejemplo de palabra y amor de Dios!

San Salvador, 24 de Marzo de 1980 – San Salvador, 24 de Marzo de 2015

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